Menos de la mitad de jóvenes ticos logra graduarse del cole

Probabilidades de éxito descienden a 28% si papás no superaron escuela

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Si los colegiales constituyeran ese “ejército de estudiantes” del cual se jacta Costa Rica, la tropa estaría perdiendo a más de la mitad de sus “soldados”.

Aunque el país ya ganó la batalla para universalizar la escuela primaria, en la contienda por el título de colegio sigue en desventaja: solo 46 de cada 100 estudiantes de 17 a 21 años gana el diploma.

Este es uno de los hallazgos del IV Informe Estado de la Educación , elaborado por el Programa Estado de la Nación, con base en datos del 2011.

Además, el campo de batalla está más embarrialado e inclinado en perjuicio de algunos: cuando hay una desigualdad de por medio, las probabilidades de graduarse descienden a un 35%.

Un joven cuyos padres no superaron la escuela, por ejemplo, tiene la balanza inclinada drásticamente en su contra: de 100 estudiantes en esta situación, solo 28 logran concluir la secundaria.

Si el mismo alumno hubiera nacido en un hogar con papás que asistieron a la universidad, sus probabilidades se triplicarían.

Este dato se agrava al considerar que la mayoría de jóvenes pertenecen a hogares con bajos logros educativos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares, del Instituto Nacional de Estadística y Censos, en el 2011 el 47% de los jóvenes de 17 a 21 años (unos 205.000) provenía de un hogar con carencias educativas. Mientras, solo el 13% (58.000) tenía papás que finalizaron secundaria.

Otros factores, como lugar de residencia, género, condición socioeconómica y número de hermanos, inciden en la probabilidad de éxito.

Las mujeres tienen un 52% de posibilidades de terminar frente a un 40% entre varones. Para un alumno con cinco hermanos menores de edad, ese número baja a un 36,8%, en tanto que para un hijo único es del 54,5%.

Estas brechas las evidencia el índice de oportunidades educativas, el cual permite ver qué circunstancias generan más desigualdad al completar la secundaria.

Mejor pero insuficiente. Aunque la conclusión de la secundaria ha crecido un 80% en los últimos 25 años (en 1987 era del 25,8% y en el 211 subió a 46,3%), Costa Rica aún se sitúa entre los países latinoamericanos con niveles mediocres del indicador de logro.

El ministro de Educación Pública, Leonardo Garnier, puntualizó que los datos entre países no siempre son comparables. Recalcó que el aumento en asistencia escolar ha venido de la mano con una reducción en las brechas entre los más ricos y los más pobres, pero también entre zonas urbanas y rurales.

“La asistencia (a clases) de jóvenes de 13 a 17 años provenientes de hogares con climas educativos bajos, aumentó de 58,2% en el 2003 a 73,2% en el 2012. La brecha se redujo de un 68% a un 29%”, enfatizó.

No solo ir, sino terminar. Pese a ello, Dagoberto Murillo, investigador del Estado de la Educación, señaló que las mejoras son insuficientes para “jugar en las grandes ligas”.

“No podemos pensar solo en que la gente asista al colegio, sino que culmine con éxito para que tenga capacidades mínimas para su desarrollo profesional”, dijo Murillo.

Parte del reto es hacerles entender a las familias que ya no basta con completar el tercer año de colegio, advirtió Isabel Román, directora del Estado de la Educación.

“Una persona que no terminó el colegio, como punto de partida ya tendrá el 20% menos en ingresos, según estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Es terrible”, dijo Román.

Asimismo, resaltó que al sistema educativo le corresponde compensar las desigualdades con políticas afirmativas y que el apoyo económico como el de las becas Avancemos, no es suficiente.

“Sabemos dónde están los hogares con climas educativos bajos y esos chicos no podemos mandarlos a hacer tareas a casa. Ahí debe haber estrategias que los hagan quedarse después de clases”, dijo.