Todavía esta semana el candidato presidencial del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, cumplió con su trabajo de profesor en la UCR.
Sigue yendo a la Facultad de Ciencias Sociales donde se graduó como historiador en aquellos años cuando se asomaba al Partido Liberación Nacional (PLN), a finales de los 70. Llegó a trabajar en la precandidatura de Hernán Garrón, quien perdió contra Luis Alberto Monge, rival que enfrentó a Rodrigo Carazo en 1978.
El turrialbeño Solís, hijo de una reconocida maestra y de un pequeño empresario zapatero, estudió Historia en la Universidad de Costa Rica (UCR) y luego obtuvo un posgrado en Estados Unidos.
Volvió a Costa Rica y se mantuvo en los segundos planos del PLN. Estuvo cerca de Óscar Arias, participó en su gobierno (1986-1990) y después fue director de su fundación hasta 1994. Cuando comenzó el gobierno de José María Figueres, entonces, regresó para ejercer un cargo en la Cancillería.
Se mantuvo ligado a la academia, pero volvió a sobresalir en la campaña de Rolando Araya (2002), cuando ejerció como su jefe de comunicación. Después fue secretario general verdiblanco por 15 meses en un periodo crítico para la agrupación. Al salir, planteó que el PLN debía “virar hacia la izquierda”.
Llegó el proyecto de reelección de Arias y la discusión nacional por el TLC. Entonces, Solís estimó que Liberación Nacional soltaba sus bases socialdemócratas y se fue del partido junto a su amigo Mariano Figueres. Ambos lucharon contra el tratado comercial para el referendo del 2007, pero Solís ya tenía casa política, el PAC, a donde llegó sin pretensiones de ser candidato.
El PAC se reacomodó tras los comicios del 2010 y ahora él, con 55 años, es su nueva imagen, demasiado nueva para el electorado general. Su currículo es el de un analista y consejero que no “chancletea” ni pega banderas; un profesor que se niega a dejar las aulas.