Laura Chinchilla hizo su última romería como presidenta

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Mercedes Agüero

Cartago. El buen clima y los cánticos de un grupo de jóvenes de la Pastoral Juvenil de El Guarco de Cartago fueron los mejores aliados de la presidenta Laura Chinchilla en su romería hacia la basílica de los Ángeles.

La intensa lluvia que caía en los alrededores de Zapote al mediodía desapareció prácticamente en el momento en que la mandataria empezó a pisar asfalto, a eso de la 1:45 de la tarde.

Antes de emprender su peregrinación, la última que realiza como presidenta de la República, Chinchilla acudió a la iglesia de Zapote, donde rezó el primer misterio del rosario y recibió la bendición del padre Alejandro Ortega.

Los restantes misterios los rezó en La Galera, Tres Ríos, Ochomogo y en la iglesia de Taras.

En cada uno de estos lugares estaba dispuesto un pequeño altar con una imagen de la Virgen de los Ángeles y sacerdotes.

“Es la última romería como presidenta, pero no como ciudadana”, aclaró Chinchilla para recordar que su devoción a La Negrita viene desde antes de que se pusiera la cinta presidencial, en mayo del 2010.

Según dijo, hace la peregrinación en agradecimiento a la Virgen y para pedirle por el pueblo de Costa Rica, para que así como La Negrita mueve el fervor de miles de ticos sin distingo de clase social, color político o ideología, “también podamos restituir la fe en nosotros mismos y en nuestra capacidad de hacer todos los días un poquito más para que Costa Rica pueda salir adelante”, manifestó.

Respecto a las peticiones personales, la presidenta prefirió mantenerlas en reserva.

A su lado, la ministra de Economía y Comercio, Mayi Antillón, el ministro de Comunicación, Carlos Roverssi y funcionarios de seguridad, protocolo y comunicación de Casa Presidencial.

La presidenta mostró tener una excelente condición física. Caminó a buen ritmo y en ningún momento mostró signos de cansancio o dolores musculares. Siempre caminó animada y sonriente.

También demostró que, a pesar de que las fuertes críticas que recibe su gestión, aún mantiene el cariño, respeto y admiración de mucha gente con quien se tomó fotos.