“Por mucho que digan los expertos y los más expertos que esta administración no va a mover la cosa en infraestructura, lo vamos a hacer y se va a ver”.
Así contestó este jueves el presidente Luis Guillermo Solís a quienes están escépticos en torno a los avances que su administración ha logrado en obra pública.
El gobernante agregó que en este 2016, su gobierno buscará “romper el lastre” de la lentitud con la que se desarrolla la infraestructura estatal.
“No quiero atrasos, quiero que todo se mueva muy rápido. Ya pronto vamos a iniciar las obras en la “platina” (puente sobre el río Virilla), ya se iniciaron obras en la punta norte de la carretera Florencia-Naranjo. Esto marca un punto de inflexión que se va a acelerar”, prometió.
Es por esta razón que Solís busca a un ingeniero para nombrarlo como nuevo ministro de Obras Públicas y Transportes, ante la renuncia del actual titular, el abogado Carlos Segnini.
El jerarca dimitió en medio de críticas hacia su gestión de parte de grupos especializados en el desarrollo de obras.
A finales del año pasado, el Ejecutivo se comprometió a invertir al menos $650 millones en obra pública durante su periodo.
Solís dijo este jueves que en el transcurso de los próximos 11 meses espera lograr avances en programas de gran envergadura como la reconstrucción de la ruta San José-Alajuela, que se construiría mediante un fideicomiso.
Su expectactiva también es lograr la entrega de los proyectos Cañas-Liberia, Naranjo-Florencia y Chilamate-Vuelta Kooper, lista en la que también incluye el inicio de la ampliación de la ruta San José-Limón.