Texto original publicado por La Nación el 1 de febrero de 1972.
Hace dos meses y medio los “parquímetros” constituyeron una novedad. Corría noviembre y el futuro de los aparatos era incierto. Al cabo de este tiempo, es obvio que las autoridades municipales y del Ministerio de Obras Públicas tienen una idea, más o menos clara, de los beneficios o desventajas que producen.
Al usuario, que debe pagar desde ¢0.25 hasta ¢1, es natural que le interese qué ha pasado con los “parquímetros”. El ingreso promedio diario desde que se instauraron las máquinas fue de ¢3.347, 35. Diciembre fue el mes más productivo, esto por la época del año, cuando el volumen de comercio es considerable.
Las 500 máquinas costaron ¢273.082. El usuario ha respondido con nobleza al aceptar el “nuevo impuesto”. Además, en el primer mes de operaciones, sorprendieron a un considerable número de dueños. La falta de costumbre, pese a que los “parquímetros” hicieron las del espantapájaros, contribuyó a que muchos, además de la moneda, hubieran de pagar multas.
El ingreso total de dinero en los dos meses y medio es de ¢197.495. A eso se suman las multas, que acumularon ¢43.410. En conjunto, la municipalidad percibió ¢240.905, casi el cuarto de millón. En cuanto a la contabilidad, no cabe duda del éxito alcanzado.
En otras noticias:
Puesta una bomba en subestación eléctrica
Informaciones de radiopatrullas, dan cuenta que en avenida 1 y calle 21, personas sin identificar hicieron explotar una bomba de regular potencia en la subestación eléctrica que está en esa dirección. La explosión dañó una bodega que está al lado, pero no ocasionó daños graves.
En el lugar se apersonó la agencia de seguridad, detectives, guardia civil y otras autoridades. Se recogieron partículas de la bomba, residuos de pólvora quemada y otras evidencias que están siendo analizadas en los laboratorios de la policía.
Por tratarse de un caso típico de terrorismo, la agencia de seguridad tomó a su cargo dicha investigación. Estas autoridades indicaron que “no podemos dar mayores detalles, pues podríamos perjudicar la investigación”.
Exiliado cubano reta a duelo a presidente de la OEA
El presidente del consejo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), embajador de Chile, Luis Herrera, fue retado a “impostergable duelo a muerte” por un exiliado cubano. Alejandro Fidel Valdés, residente en Miami, retó al diplomático chileno por “ofender el honor y la dignidad de la mujer cubana”.
En una carta redactada en términos sumamente duros, el exiliado emplaza el duelo a efectuarse en San José, Costa Rica: “Si me tocara en suerte caer en el duelo, lo haría con la sonrisa en los labios con la satisfacción del deber cumplido, comprendieron místicamente que doy mi único tesoro mi vida, por una causa gloriosa y justa, noble como ninguna otra: el honor y la dignidad de todas las mujeres cubanas.
“En cambio, si le tocara a usted, señor embajador, viviré el resto de mis días satisfecho y sin escrúpulos de conciencia...”, cita la carta.