Usted que conoce bien esa carretera, ¿cuál sería el mayor obstáculo para una eventual ampliación de esta?
Hay muchos factores en contra. Empecemos con el clima, es una zona donde llueve mucho, además de lo empinado de los taludes y la inestabilidad del terreno.Es complicado, pero debemos tener claro que es montaña.
Solo este año han caído derrumbes en siete puntos diferentes. ¿Es el clima o un mal diseño de los taludes?
Es una combinación de las dos. La capa vegetal, árboles y plantas soportan a lo mucho tres días de lluvia, ya luego de eso empieza a desprenderse todo. Y, claro, los taludes son bastante empinados y no soportan el material.
¿Por qué, si ya tienen claro los problemas, no han intervenido? Incluso ya existía un dinero que se iba a utilizar en obras para evitar los derrumbes.
El Conavi ha traído especialistas para hacer estudios para ver los taludes. Allí nos dieron una idea clara de lo complicada que es esa carretera.
”Sin embargo, esa zona tiene una particularidad por ser parque nacional; ahí, indiscutiblemente, hay que pensar el tipo de obra que se va a hacer. Por ejemplo, los túneles falsos” .
En su criterio, ¿es imposible llevar a cabo una ampliación de la carretera y mejoramiento de los taludes?
Sí se puede, no es imposible pero sí bastante costoso. Hacer una ampliación de esa carretera en un carril saldría hasta cinco veces más de lo que costó la carretera; se tienen que meter siete metros para hacer un solo carril. A eso se suma la cantidad de tierra que hay que sacar.
¿Cuál sería la solución más efectiva y que se adapte al presupuesto del MOPT?
Lo ideal serían los túneles falsos. El problema es que no se pueden hacer en los 35 kilómetros del tramo de montaña por el costo. Pero me parece que un buen manejo de aguas en la parte alta nos permitiría proteger de cierta manera la vía.