Golpe a hermanos López

Tico traiciona a banda que planeaba servir a los carteles de Cali y de Medellín

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Los Angeles de Santo Domingo de Heredia, Hacienda Sigg, martes 12 de setiembre, 8:11 a.m. Cinco oficiales de la sección de Delitos Económicos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ); el fiscal de narcotráfico, Guillermo Hernández, y el juez cuarto de instrucción, Ewald Acuña, allanaron la quinta de 20 hectáreas, propiedad de los hermanos José Luis y Mariano López Gómez.

La señal de ingreso fue simultánea también en las instalaciones de la empresas Yamaha en San José y en la agencia de vehículos SEAT -ambas de los López- , adonde otras unidades del Poder Judicial se mantenían en alerta para concretar el operativo Omega, como se le denominó.

Más tarde, a las 2:00 p.m., también se allanó la casa de José Luis López, ubicada detrás del Colegio Saint Francis, en Moravia.

Como producto de las cuatro intervenciones, se decomisaron 85 cajas con documentos, seis copias de cintas magnéticas y un sofisticado computador.

Según confirmó el Departamento de Prensa del Poder Judicial, la acción fue solicitada por el Ministerio Público para justificar la información que describen los dos recientes informes de la Auditoría General de Entidades Financieras (AGEF), sobre el destino de los dineros que giraba el Banco Anglo Costarricense (BAC) para inversiones en deuda externa.

La jornada, que tomó tres días de planeamiento, estuvo a cargo de un equipo judicial conformado por 20 oficiales del OIJ, cinco fiscales, dos actuarios, tres técnicos en informática y un juez de instrucción.

A las 4:40 p.m. de ayer, con el cansancio marcado en sus rostros tras una búsqueda de más de nueve horas, los funcionarios judiciales abandonaron el último lugar allanado (Yamaha) con sus vehículos cargados de documentos.

De acuerdo con información suministrada por agentes del OIJ que pidieron no ser identificados, entre los papeles requisados destacan balances contables y registros de los socios de las empresas, cheques y contratos internacionales.

Todos estos datos, que pasaron a ser parte de la pueba judicial, serán analizados por el Juzgado Cuarto de Instrucción a la luz del descalabro financiero del Banco Anglo, que mañana cumple un año de su cierre definitivo.

Tensión en Heredia

Durante la jornada en Heredia, se presentó Francisco Campos, uno de los abogados de los López. La Nación le consultó su parecer mientras abandonaba las instalaciones y solo manifestó que se trataba de una "operación de rutina" que ya se había efectuado previamente.

También acudió Marco Vinicio Corrales, hombre "clave" de los López que maneja para ellos todos los asuntos de informática y lleva la contabilidad de sus empresas.

Corrales, quien viajaba en un Mitsubishi Montero último modelo, realizó varias maniobras para evadir las preguntas de la prensa. Finalmente se negó a dar declaraciones.

Según confirmaron las fuentes del OIJ, José Luis López no se encontraba en ninguno de los sitios allanados y no se presentó pese a que solicitaron su presencia vía telefónica.

Durante la tarde y la noche de ayer, La Nación intentó comunicarse con José Luis López, pero su teléfono celular estaba apagado y no respondió a los mensajes que se dejaron en su casa.

Misteriosa Sigg

Rodeada por una cerca de veranera de 2 metros de altura que se extiende 400 metros sobre la carretera principal de los Angeles de Santo Domingo de Heredia, la Hacienda Sigg es catalogada por los vecinos de la zona como un "lugar misterioso".

Wílliam y Gonzalo Bolaños, vecinos de la quinta dedicados a la construcción, comentaron que en la casa -que hace unos años repararon- no vive nadie, pero que frecuentemente ingresan al lugar hasta "diez vehículos último modelo", principalmente en las noches.

La familia Bolaños aseguró que los López compraron la propiedad, que cuenta con piscina y extensos cafetales, a unos suizos en $2 millones al contado y "sin regatear". "Ellos pagan lo que les piden por los terrenos", comentaron.

Según los habitantes del pueblo, recientemente, los López compraron todos los terrenos aledaños a la finca para "no tener vecinos", pues -según dijeron- extreman medidas para evitar cualquier contacto con ellos.