Una firma importada

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Ni siquiera estaba inscrita en el Registro Público cuando ya la Dirección del Servicio Privado del Ministerio de Seguridad Pública tenía entre sus empresas adscritas a Astur Seguridad S.A., firma traída al país por supuestos empresarios españoles.

En Seguridad Pública se aceptó su inscripción el 23 de marzo de 1995, mientras que se registra como empresa en junio de ese mismo año. Según narró uno de sus actuales propietarios, Manuel Cebada, el nexo con Costa Rica nació por intermedio del español Juan Herrero Soriano.

Este llegó a Costa Rica en 1992 con el fin de establecer negocios con el tratamiento de la basura. Posteriormente, llegó a España y propuso a José Ramón Romaní Tages la idea de fundar aquí una empresa que brindara servicios de seguridad privada.

Fue así como Romaní, expolicía de amplia experiencia en su nación, se trasladó hasta aquí, realizó los contactos necesarios y puso en operación la compañía. Para ello, contaron también con la participación de un socio costarricense, Rafael Alberto Coronado Faith.

Coronado dijo a La Nación que intervino en el negocio por su experiencia como representante de casas extranjeras y atendiendo la recomendación de su amigo Fernando Soley Soler, quien dijo haber conocido primero a Herrero Soriano y luego a Romaní.

Soley -según él mismo reconoció- fue quien enlazó a Romaní con Mario Soto Baltodano, jefe de Ia Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS).

Inicialmente, Astur Seguridad estableció su sede en Pinares de Curridabat, en una casa propiedad de Soley, y a principios de 1996 se trasladó a otro inmueble ubicado en barrio Pinto, Montes de Oca. Desde ahí operan sistemas electrónicos de alarmas interconectadas, por medio de los cuales le brindan el servicio a sus clientes.