En un óleo quedaron retratados su rasgos físicos, pero en palabras fueron expuestas sus características personales. Y de estas el espíritu conciliador y la calidez de su carácter recibieron los mayores elogios.
El retrato del expresidente Rafael Angel Calderón, quien gobernó entre 1990 y 1994, cuelga desde anoche en la Sala de expresidentes de la República, en la Asamblea Legislativa.
El exministro de Hacienda y diputado del Partido Unidad Social Cristiana, Rodolfo Méndez, exaltó lo que consideró el auge económico y social que vivió el país en el pasado gobierno. Pero no dejó de criticar a la presente administración: "Aquel auge y aquel avance se vieron obstaculizados por quienes no fueron capaces de comprender y admitir la necesidad de respaldar oportunamente los esfuerzos de la administración Calderón Fournier", manifestó Méndez.
El actual presidente del Parlamento, Antonio Alvarez Desanti, alabó el respeto al ordenamiento legal que practicó Calderón y su afán de buscar la conciliación. "En su Gobierno no hubo rencores", dijo.
En el acto, que se prolongó desde las 7:17 p.m. hasta las 8:05 p.m. estuvieron presentes el gabinete de la pasada administración, la anterior y la actual fracción legislativa del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), los expresidentes de la República Mario Echandi (1958-62) y Rodrigo Carazo (1978-82), exdirectivos de instituciones autónomas, amigos y colaboradores cercanos.
La sala estaba colmada. Bajo los óleos de los expresidentes de Costa Rica se apretujaron centenares de invitados. Según el director ejecutivo del Congreso, Antonio Ayales, el PUSC invitó a 600 personas lo cual superó con creces, en su criterio, las ceremonias de develización de los retratos de Carazo, Luis Alberto Monge (1982-86) y Oscar Arias Sánchez (86-90).
El acto fue financiado con presupuesto del Parlamento, pero organizado por el PUSC. Ayales dijo desconocer el detalle de los costos, aunque el servicio de catering del hotel Herradura estima que este tipo de actos cuestan, en promedio, ¢1.200 por cada invitado.
La develación del retrato de los exgobernantes es una tradición establecida desde 1833 para honrar a los exmandatarios.