Un paso hacia adelante y dos hacia atrás. Ese es el ritmo que han tomado las medidas de reforma estatal anunciadas, la semana pasada, tras el encuentro del presidente José María Figueres con su antecesor, Rafael Angel Calderón.
Lo que hace unos días eran pequeñas diferencias, ayer comenzaron a trocarse en abiertas discrepancias luego de que el vicepresidente Rodrigo Oreamuno calificó de "imposible" la ruptura sin condiciones del monopolio de las cuentas corrientes y el acceso de los bancos privados al redescuento.
"El Partido Unidad debe entender que la apertura sin condiciones es imposible. No creo que ellos vayan a obstaculizar el trámite de los impuestos por este motivo y pienso que ellos no van a tener una posición tan cerrada en esta materia", resaltó Oreamuno.
Tales afirmaciones se produjeron en la Casa Presidencial tan solo unos minutos antes de que el jefe de la fracción parlamentaria del PUSC, Bernal Aragón, manifestara desde su oficina en la Asamblea Legislativa que "no es técnicamente viable imponer condiciones" a ambas reformas.
Pero los obstáculos no se acaban allí. Seis diputados verdiblancos tuvieron una cita ayer por la mañana con el presidente Figueres tras la cual reiteraron sus cuestionamientos al pacto suscrito la semana pasada y aseguraron que se reservaban el derecho de adversar algunas de las proyectos allí estipulados.
La Nación supo ayer por fuentes cercanas al encuentro, que declinaron ser identificadas, que Oreamuno le habría hecho un llamado de atención a los congresistas por su renuencia a respaldar el pacto. No obstante, estos ratificaron su posición luego de alegar que no habían sido informados con anterioridad sobre el acuerdo y por su temor a que los planes de reforma se extiendan más allá de lo que estiman conveniente.
Mensaje presidencial
La inquietud por la existencia de voces disonantes al acuerdo de reforma estatal dentro y fuera de los círculos políticos, llevó al presidente Figueres a emitir anoche un mensaje televisado en el que explicó los alcances y la necesidad de las medidas anuncias.
En una cadena nacional de televisión transmitida a las 7 p.m., Figueres negó que el Gobierno y la oposición piensen exactamente igual. Explicó que el país enfrenta problemas que se venían haciendo cada día más grandes y que es tiempo de resaltar coincidencias entre ambos grupos.
El Jefe de Estado justificó acciones como el cierre del IFAM y del CONICIT y la privatización de DINADECO, al afirmar que tales entidades consumen altos presupuestos en pagos de salarios que podrían aprovecharse en obras específicas.
En cuanto a las diferencias entre el oficialismo y el PUSC en torno a la apertura bancaria, tanto Oreamuno como el jefe de fracción del PLN, Luis Gerardo Villanueva, resaltaron que el oficialismo hará valer su posición de extender beneficios a la banca privada pero condicionados a que otorgue préstamos para el desarrollo.
No obstante, Aragón alegó que eso no es posible "porque el redescuento es un préstamo caro de corto plazo que pretende darle liquidez a los bancos y porque iría en contra de los compromisos adquiridos por el país con los organismos financieros internacionales".
En un sentido similar se manifestó el exministro de Hacienda de la administración Calderón, Thelmo Vargas, quien afirmó que la reforma que incluye el redescuento y la apertura de cuentas corrientes fue planteada al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como parte del PAE III y son incondicionales.
"Es una lástima que estemos dando dudas a los inversionistas y al mundo de cuál es el norte de nuestras reformas", añadió Vargas, quien destacó que la opción más viable para conceder créditos a bajos intereses es que el sector público baje a cero su déficit "y deje de comerse los miles de millones que se come en crédito hoy en día".
Sí, pero...
Los siguientes son algunos de los reclamos planteados por la fracción parlamentaria del PLN en cuanto a la apertura de las cuentas corrientes y otorgamiento del redescuento a la banca privada:
Es necesario tomar en cuenta la existencia de una banca mixta. El país debe utilizar tanto los bancos estatales como los privados para garantizar crédito a tasas de interés bajas en todas las regiones y en los montos a veces reducidos que requieren el pequeño productor y el pequeño empresario en general.
Debe obligarse a las entidades financieras privadas a destinar parte de sus captaciones del público al objetivo liberacionista de universalizar el acceso al crédito. A cambio de esto, se les da luz verde en las cuentas corrientes y el redescuento.