El Gobierno frenó a última hora el traslado de las colecciones de plantas e insectos del Instituto Nacional de la Biodiversidad (INBio) al Museo Nacional, gestión que fue concretada por la anterior administración dos días antes de concluir su mandato.
Luis Guillermo Solís decidió cancelar la publicación en el diario oficial La Gaceta del decreto ejecutivo que daba sustento legal a esa recepción, debido a que no se tenía certeza del estado en que se encontraban los 3,5 millones especies.
“Aprovechamos que había una fila de decretos sin publicar en la Imprenta Nacional. A nosotros no nos consta el estado en que están. Además, el Museo no puede recibir las colecciones hasta no tener las condiciones”, dijo la viceministra de Ambiente, Patricia Madrigal.
Antes de trasladar las colecciones, el Museo Nacional realiza una auditoría para determinar la cantidad exacta. Ese proceso concluirá en noviembre próximo y se prevé que pasen a manos del Estado en enero próximo.
De momento se encuentran almacenadas en una bodega del Servicio Fitosanitario del Estado en Santo Domingo de Heredia, que también se le compró al INBioparque en el 2013.
La directora general del Museo, Rocío Fernández, aseguró que las colecciones continuarán en ese lugar incluso después de ser traspasadas, pues no cuentan con un inmueble para albergarlas.
Ahí estarían al menos hasta el 2017, año en el cual se espera habilitar un nuevo edificio en Pavas, anexo al actual.
Sin embargo, primero requiere obtener recursos por ¢4.121 millones para esa construcción, ya que la cantidad de especímenes que se le entregarán es diez veces superior al número de ejemplares que tienen en la actualidad.