La negativa del diputado Rodrigo Gutiérrez Schwanhauser para que su asesor Carlos Roberto Loría Quirós abandonara el salón de sesiones de la comisión de reformas financieras, llevó al presidente del grupo legislativo, Saúl Weisleder, a finalizar abruptamente la jornada de ayer.
Tan solo 24 horas antes este tema había obstruido la sesión por una hora y treinta minutos.
La petición de que Loría, asesor de la bancada del partido Fuerza Democrática, saliera de la sala de sesiones fue hecha ayer por segunda vez (la primera fue el viernes) por parte de los diputados de la fracción del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), con el respaldo de diputados del Partido Liberación Nacional (PLN).
Los socialcristianos objetaron el nombramiento administrativo del asesor, pese a que tanto Gutiérrez como Loría presentaron documentos en los que se mostraba que se habían emprendido gestiones para arreglar su situación laboral. Además, protestaron por documentos distribuidos por Loría en el Congreso, que habrían ofendido a miembros de la bancada socialcristiana.
Para Loría, esta moneda tiene dos caras. Opina que el diferendo obedece a un altercado personal con el diputado Mario Carazo, sobre supuestos negocios que habrían mantenido entre 1978 y 1982, y a la lucha que su partido está dando en favor de mantener la nacionalización bancaria.
El diputado Carazo pidió ayer, en carta enviada a Weisleder, que las sesiones continúen pese al diferendo que existe con Loría.
Para el diputado Gutiérrez, su asesor podía permanecer en la sala de sesiones sin estar nombrado, según el argumento de que cada bancada tiene la potestad de decidir sobre sus consejeros.
El presidente del Congreso, Antonio Alvarez, coincidió con Gutiérrez en que cada grupo escoge su cuerpo de colaboradores. Aclaró que la medida de que alguien ingrese o permanezca en la sala de sesiones es exclusiva del presidente de la comisión.