Cancillería procura un viraje en el Vaticano

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La Embajada de Costa Rica en la Santa Sede fue una de las primeras en cambiar de jefatura con el gobierno de Luis Guillermo Solís.

El exdiputado Fernando Sánchez dejará de ser embajador en julio y lo sustituirá Marco Vargas, ex vicecanciller y diplomático de carrera, resaltó ayer el canciller Manuel González.

“Queremos que desde la Embajada en la Santa Sede se entienda bien la relación Estado-Estado; eso no es una función religiosa, es una relación bilateral entre dos Estados como cualquier otro. Don Marco tiene eso muy claro”, explicó el ministro de Relaciones Exteriores.

Sánchez, un devoto católico nombrado en el gobierno de Laura Chinchilla, ya había sido notificado del traslado y preparaba la mudanza, dijo González.

Durante su gestión, Costa Rica y el Vaticano iniciaron la negociación de un tratado llamado “concordato”. También coincidió con la canonización de Juan Pablo II gracias al milagro que, según el Vaticano, obró sobre la tica Floribeth Mora, que padecía de un aneurisma. Además trató de gestionar la visita del papa Francisco a Costa Rica.

En lugar de Sánchez llegará Vargas, vicecanciller en el gobierno de Abel Pacheco y embajador en Uruguay durante la gestión de Chinchilla. Estuvo a cargo del protocolo para el traspaso de poderes de este 8 de mayo. Dos meses después ya tenía en su mano el beneplácito de la Santa Sede.

“Sé que él nos va a ayudar a conducir las relaciones con el Vaticano, Estado con el que coincidimos en defensa de algunos valores como derechos humanos y desarme, sabiendo que esto es algo religioso, aunque a veces se confunda”, añadió el canciller.