A las 10:10 a.m. de ayer, el presidente de la República, José María Figueres, recibió en el sétimo piso del hospital México la visita de algunos directivos de la institución rojinegra.
A la cita acudieron el presidente Mario Chacón y sus compañeros de junta Jorge Loría, Rafael Solís, Virgilio Calvo, Julio César Soto y Wílliam Cordero, este último vocero de la entidad.
Cristina Cordero, hija del vocero alajuelense, entregó arreglos florales a la primera dama, Josette Altmann, y a la madre del gobernante, doña Karen Olsen.
En exclusiva, La Nación fue el único medio autorizado para asistir a esta sesión.
Los médicos que atienden al Mandatario advirtieron sobre no hablar mucho con este debido a que debe mantener absoluto reposo.
Figueres recibió al grupo de dirigentes alajuelenses con una sonrisa y extendió su brazo para saludar a los visitantes.
"Hola, don José María; le traigo un saludo afectuoso de parte de los jugadores y cuerpo técnico de Alajuela. Ellos desean tenga usted una pronta recuperación", fueron las palabras de Mario Chacón, presidente rojinegro.
A pesar de sus dolencias, Figueres no perdió el sentido del humor y reafirmó el gran cariño que tiene por la divisa manuda, tanto es así que una pequeña bandera rojinegra permanece pegada a la pared, al lado de su cabecera.
Además conserva una camiseta rojinegra que le regaló un grupo de vendedores ambulantes con el mensaje "Póngase esta camiseta y regrese a la cancha".
Su deseo por estar nuevamente en pie preocupa a los que lo rodean, ya que el Mandatario insiste en que si tuviera un helicóptero volaría hasta la cancha del Morera Soto. "La cancha de Alajuela es la mejor del país", dijo sonriendo.
La cita concluyó 20 minutos después para los directivos manudos; para este redactor duró poco ya que era prohibido a la prensa estar en la habitación del Presidente.