Familias limpian y arreglan bóvedas para conmemorar el día de los fieles difuntos

El lavado de una tumba puede costar entre ¢4.000 y ¢20.000

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Familiares y contratistas con mangueras, lijas, pintura y palas en mano son el denominador común de varios cementerios josefinos, todos con un solo propósito: dejar las bóvedas lo mejor presentadas posible para el próximo domingo 2 de noviembre, día de los fieles difuntos.

José Francisco Arias Salguero, sacerdote de la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles, explicó que en esta fecha la Iglesia católica conmemora la "muerte y paso a una vida de fe", que en muchas ocasiones es recordada con arreglos y preparativos.

"Las flores y velas son siempre un signo de cariño o de respeto, un regalo, puede interpretarse de distintas maneras , pero es manifestar la alegría por esa persona que fue sepultada y que ya no hay dolor", comentó el cura.

Para lograrlo, desde este 31 de octubre hay quienes tomaron su tiempo para visitar las tumbas de los familiares y darles mantenimiento.

Ese es el caso de William Carvajal, vecino de Ipís de Guadalupe: "Es importante tenerla bonita porque viene todos los familiares. Aquí está mi esposa", comentó.

Virgilio Astua, de 72 años y vecino de Desamparados, es otro de los creyentes que decidió, junto a su hermano, realizar los trabajos de mantenimiento de la tumba con 8 bóvedas en el cementerio de la localidad. Él dijo invertir cada año por lo menos ¢60.000.

No obstante, quienes pagan para que otros les realicen estos trabajos deberán desembolsar un poco más. Por ejemplo, solo lavar una tumba de dos bóvedas puede costarle hasta ¢20.000, mientras que colocar cerámica en esa misma estructura le puede costar ¢80.000, sin incluir los materiales.

Manuel Ávalos, trabajador independiente, asegura que en estas fechas las demanda de trabajo se incrementa, debido a que es poca la gente que invierte su tiempo en arreglar los nichos por su cuenta.

Según Ávalos, lo más solicitado es lavar los nichos, pero hay quienes invierten hasta ¢300.000 en el enchapado.

Para Germán Zamora, quien se dedica a darle mantenimiento a las tumbas en el cementerio de Tibás, los vecinos dejan para última hora el mantenimiento y asegura que el precio de los trabajos dependerá del cementerio en el que se realice.

"Me están pagando ¢350.000 por el mantenimiento de esta tumba (ocho espacios). Pero si estuviera en otro cementerio saldría más caro. Aquí no hay, pero en el Obrero habría que sumarle la pulida de los ángeles a una bóveda como esta, serían ¢100.000 más", comentó el trabajador.

Los trabajadores coinciden en que para realizar la reconstrucción o instalación de cerámica es necesario cancelar un permiso de construcción en la municipalidad y para pintar se debe realizar un depósito a la administración del cementerio, esto para cubrir posibles daños.

Decoración. Además de las mejoras en los nichos, los arreglos florales son muy buscados para la fecha. Este año puede encontrar arreglos en flores "primaverales" de entre ¢10.000 y ¢32.000, los de rosas inician en ¢13.000 y las ramos de ginger o heliconias rondan los ¢2.000; el precio dependerá del tamaño y el tipo de flores.

Marco Antonio Díaz, propietario de la Floristería Plaza Víquez, comentó que la demanda para esta fecha se incrementa hasta un 25%, especialmente de matas de poma que se pueden encontrar en ¢2.500.

Pese a la gran variedad, hay quienes prefieren arreglos artificiales. Este es el caso de Martín Ruiz, vecino de San Francisco y quien asegura invertir por lo menos ¢15.000 en el arreglo de una tumba en el Cementerio Obrero en San José.

La Iglesia católica realiza eucaristías en los distintos cementerios con el objetivo de orar por el descanso de los fallecidos. Solo en el cementerio Obrero en San José se espera para el domingo la visita de al menos 500 personas, en un día normal asisten unas 25.