¿Tiene su hijo que ir a convocatoria? Que la Navidad y Año Nuevo no sean una tortura

Profesionales en Orientación llaman a ocuparse más que preocuparse. Exámenes se hacen en diciembre y un segundo intento a inicios de febrero

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Si su hijo está entre los estudiantes que deberán realizar exámenes de convocatoria, procure que la Navidad y Año Nuevo no se convierta en una tortura.

Sin duda, la noticia de que el niño o el joven resultó aplazado afecta a todos en la familia, pero lo mejor que los adultos pueden hacer es “ocuparse y no preocuparse”, afirma Josie Israelski, vocero del Colegio de Profesionales en Orientación.

“Ya es claro que deben ir a convocatoria, entonces que en la cena de Navidad no estén recalcando siempre el tema. Hay que entender que es un proceso y no se debe estar apuntando siempre con el dedo”, manifestó Israelski.

Estas pruebas se aplican en diciembre y, en caso de reprobarlas, los alumnos pueden hacer un segundo intento a inicios de febrero.

Se aplican cuando el estudiante obtiene la condición de aplazado en menos del 60% del total de las asignaturas del respectivo plan de estudios que cursa, de acuerdo con el artículo 47 del Reglamento de Evaluación de Aprendizajes.

Como requisito para realizar la prueba de ampliación el estudiantado debe haber asistido regularmente, al menos, al 80% del total de las lecciones impartidas en la respectiva asignatura en el año escolar.

Según el reglamento, los contenidos que se medirán serán los mismos tanto para la primera como para la segunda prueba. Estos serán seleccionados por el respectivo docente entre aquellos establecidos en el programa de estudio vigente, desarrollados durante el curso lectivo y que son fundamentales para continuar su proceso educativo en el siguiente nivel.

Sin embargo, si el estudiante es aplazado en el 60% o más del total de las asignaturas, será reprobado, por lo que deberá repetir el año escolar en forma integral.

¿Qué pasó?

En cualquier caso, para el profesional en Orientación es importante que las familias analicen qué pasó durante el año que pudo llevar a esta situación; insistió en que el involucramiento de los papás en el estudio es primordial.

Por ejemplo, que permitan espacios en el día de estudio pero también de ocio para los menores, pues al final son vacaciones y deben aprender a descansar.

Además, señaló, se debe identificar si los alumnos necesitan apoyo, pues existe la posibilidad de que una materia genere ansiedad a los niños o jóvenes, tanta que llegue a afectar su rendimiento.