El apoyo ofrecido por el Ministerio de Educación Pública (MEP) es insuficiente para hacer frente al volumen y la complejidad de las adecuaciones curriculares que requieren los alumnos.
Este es el reclamo que se oye en cientos de centros educativos del país, donde maestros y profesores se sienten desamparados en la aplicación de estas medidas.
Aurora Juárez, directora del Colegio Técnico Profesional de Cartagena, en Santa Cruz, Guanacaste, relató que en su centro educativo se implementan 38 adecuaciones no significativas, 12 significativas y una de acceso.
Sin embargo, confesó sentirse incapaz para aplicarlas, puesto que predomina el desconocimiento en los profesores, quienes carecen del apoyo de la dirección regional del ministerio.
Annette Sanabria, profesora de Estudios Sociales, expresó su frustración al no poderse comunicar con un alumno que habla Lesco (lenguaje de sordos).
Wendolyn Pizarro, profesora de Ciencias en el Liceo Jerusalén, en Pérez Zeledón, explicó que en su institución nunca han recibido capacitación en adecuaciones.
Según Pizarro, una de los cuatro miembros del Comité de Apoyo Estudiantil, con base en una preparación autodidacta aplica pruebas a los estudiantes para determinar si necesita apoyo y de qué tipo.
“Por ejemplo, yo le hago a los estudiantes un perfil y le aplico un examen de diagnóstico. Si salen mal en las respuestas, entonces aplico una adecuación” explicó la educadora.
Sin embargo, lo que más le preocupa a la profesora es el riesgo al cual se exponen los docentes y el posible perjuicio a los alumnos.
“Si usted tiene una enfermedad y va al doctor, él está capacitado para ayudarle, pero nosotros no tenemos esa preparación. Yo puedo hablarle a usted de Ciencias, pero esto que hacemos es prácticamente otra carrera” aseguró.