Para algunos alumnos de la Escuela Central San Sebastián, en SanJosé, la única referencia de una costa o una llanura son las fotos y los mapas que les muestran en el aula.
La maestra de segundo grado, Hilda León, quisiera aprovechar la cercanía de los litorales en un país tan pequeño como Costa Rica para que los niños puedan ver el agua y tocar la arena con sus propias manos. Sin embargo, no se anima a organizar una excursión.
¿El motivo? Al igual que muchos de sus colegas alrededor del país, a León le da miedo.
Los temores nacieron en abril del 2008, cuando una alumna de la escuela Félix Arcadio Montero, de Santo Domingo de Heredia, sufrió una lesión grave tras ser mordida por un caballo durante un paseo al Parque Natural de la Cultura Agropecuaria (Panaca).
Como resultado del accidente, el Ministerio de Educación Pública (MEP) despidió al director y a la maestra de la niña al resolver que no atendieron la emergencia de manera oportuna.
Aunque el Tribunal Contencioso Administrativo condenó al MEP a pagar a los educadores una indemnización por “abusar en su accionar” y, que en el 2011 el ministerio emitió un protocolo para salidas extramuros, persiste el miedo entre los docentes, quienes asumieron esa experiencia como un precedente importante.
Según relató Hilda León, los pocos intentos por llevar a sus alumnos a competencias deportivas, ha obligado a los padres a comprar pólizas, tanto para los niños, como para el familiar que los acompaña.
También hubo que tramitar permisos con la directora de la escuela, la directora de circuito del ministerio y el director regional.
A pesar de todo eso, la maestra siente que en el desafortunado caso de que ocurra un imprevisto, ella podría quedar expuesta.
“Antes había oportunidad de ir a museos y volcanes, pero ahora los estudiantes pasan encerrados. Mientras tanto, el nuevo programa (de Estudios Sociales) dice que busca espacios para la creatividad y para palpar, observar y construir el conocimiento”, se quejó León.
Este criterio lo comparte Pamela Campos, docente de cuarto grado: “No es que haya un impedimento como tal, pero hay toda una tramitología para poder salir. ¡Es tanta la burocracia y riesgos legales, que preferimos no hacerlo!”, alegó la educadora.
Rocío Sánchez, maestra de la Escuela Concepción de San Rafael, en Heredia, explicó que a pesar del temor, ella hace el esfuerzo de cumplir con los trámites para sacar a los niños; la mayoría de sus compañeras no se atreven.
“Sí da un poco de susto y con una vez al año es suficiente. Solo una o dos maestras más se animan; menos ahora que se exige póliza (seguro)”, explicó Sánchez.
A criterio del ministro de Educación, Leonardo Garnier, la disminución de las excursiones se normalizó después de que el MEP emitiera el protocolo.
Garnier aseguró que los directores mantienen una gran autonomía sobre las reglas internas de cada institución. Por ejemplo, algunos exigen pólizas o que todas las secciones del grado salgan juntas, aunque estos requisitos no están en la directriz . Otros, optaron por eliminar del todo los paseos.
“Los estudiantes están cubiertos por el sistema de seguridad social y ante cualquier accidente serían atendidos por la Caja. El INS (Instituto Nacional de Seguros) ofrece pólizas individuales que los padres pueden comprar. Son muy baratas, pero esa es una decisión de cada familia”, dijo Garnier.
¿Respaldo? Tanto los docentes como algunos sindicatos abogan por un mayor acompañamiento del MEP en caso de un accidente.
“Incluso con el protocolo, que aparentemente protege al docente, de manera indirecta queda expuesto (en caso de una demanda)”, opinó Beatriz Ferreto, de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE).
Gilberth Díaz, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Costa Rica (SEC), aseguró que la organización recomienda a sus afiliados evitar salir si no existe un respaldo sustancial.
Al respecto, el ministro Garnier aseguró que los docentes están amparados en la ley y que nadie puede evitar que lo demanden.
“Esto no depende del MEP sino de los tribunales de justicia... Con el protocolo sí se evita que se repita lo que ocurrió con Panaca, que fue una sanción incorrecta que luego hubo que revertir”, concluyó.
Mientras tanto, directores de centros privados, como la Escuela Anglo Americana y el Saint Gregory, aseguraron no verse afectados por el incidente de Panaca, pues ya contaban con protocolos.
Según explicaron, en sus instituciones la póliza de seguro está incluida en la matrícula.