Los turrialbeños tienen todo preparado para comenzar a funcionar con su centro universitario en junio venidero, haya autorización del Consejo Universitario, o no, publicó La Nación el 13 de abril de 1971.
En realidad, el proyecto turrialbeño trata de la Universidad Autónoma de la Zona Atlántica, con sede en la ciudad de Turrialba, e incluso se está en la redacción del proyecto total para ponerlo en estudio legislativo por medio de los diputados del cantón profesora Yolanda Otárola Préndigas y don Rogelio Carazo Paredes.
El pueblo turrialbeño siempre ha añorado su propia universidad, y ahora, con motivo de que el Consejo Universitario les prometió abrir un centro regional y parece que no se cumplirá esa promesa por falta de presupuesto en el alma máter, ha dispuesto hacer una realidad el proyecto por tantos años estudiado.
Estimas que están bien preparados para contar con su propia universidad, con ayuda de la Universidad de Costa Rica o sin ella.
Tienen el pleno convencimiento de que la Universidad Autónoma de la Zona Atlántica puede nacer con el apoyo municipal del cantón y de toda la región favorecida.
En otras noticias:
Robo por ¢13.000 en joyas
El detective Edwin Jiménez Pérez logró recuperar tres anillos de brillantes, que una mujer robó al señor Jorge Gómez Gómez el pasado miércoles santo.
Gómez recurrió de inmediato a la Dirección General de Detectives. Dijo que durante las primeras horas de ese día festivo, mientras estaba en un club social, alguien le robó tres anillos de brillantes que valen en conjunto más de ¢13.000.
Los directores de la DIC Lic. Gunnar Pinto y el mayor Rosendo Herrera, junto con el detective Edwin Jiménez, iniciaron las investigaciones. Jiménez, con su característica habilidad, rápidamente empezó a investigar varias pistas prometedoras.
Motines en cárcel nueva de Turín
Unos 500 reclusos se amotinaron ayer en la nueva prisión de Turín. Quemaron camas, blandieron garrotes y barras de hierro y pidieron a gritos reformas.
Jefes de la policía declararon que los amotinados tienen como rehenes a seis guardias.
Más de 1.000 policías rodearon la prisión y más refuerzos estaban en camino. Gas lacrimógeno, mezclado con el humo de las camas quemadas y otros objetos inflamables crearon una espesa y sofocante humareda.