De San Felipe de Alajuelita a la Universidad de Cambridge: la historia de Luis Bermúdez Guzmán

Gracias a una beca pudo terminar el colegio y ahora cursa su tercer año del doctorado en Ciencias Biomédicas con una investigación sobre cáncer

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Luis Bermúdez Guzmán cursa el tercer año del doctorado en Ciencias Biomédicas en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, donde realiza una investigación sobre cáncer (Cancer Research UK).

Bermúdez logró cumplir con éxito en el 2021 una serie de pruebas para ingresar a tan prestigioso programa que iban desde la presentación de atestados y entrevistas en profundidad, hasta la exposición de sus proyectos e investigaciones en un simposio virtual internacional.

De hecho, es el primer estudiante de la Universidad de Costa Rica (UCR) que hace un doctorado en Ciencias Biomédicas en Cambridge y, además, acerca de un tema de gran vigencia en el campo de la medicina oncológica.

La suya es una historia de esfuerzo pero también de oportunidades aprovechadas y de agradecimiento.

Luis hizo la primaria en la Escuela de San Felipe de Alajuelita y la secundaria en el Colegio Técnico Don Bosco, con una beca. De hecho, expresó, el programa de Cedes Don Bosco fue vital tanto a nivel personal como profesional.

El muchacho logró ingresar a la UCR, donde también estudió con beca, hasta graduarse como bachiller en Biología.

A sus 27 años y alumno de la prestigiosa universidad inglesa, reconoció que sin esas ayudas no hubiera podido estudiar y llegar hasta donde está.

“El amparar a un estudiante ahora, puede convertirse en el futuro de un científico o científica del mañana”, manifestó.

Camino a Cambridge

El primer requisito para ser considerado para cursar un doctorado en Cambridge es el económico, ya que implica el pago de una tarifa para someterse como candidato. Después de la evaluación de los documentos del postulante, el tutor principal realiza una entrevista con los mejores candidatos.

En el caso de Luis, su perfil se vio beneficiado por su experiencia previa, incluyendo una pasantía en la Universidad de Bristol, también en Inglaterra, y un diplomado en Bioinformática en la Universidad de Chile. Además, cuenta con cinco publicaciones científicas en revistas internacionales reconocidas.

En la entrevista con los tutores se evalúan aspectos académicos, así como habilidades personales y de adaptabilidad necesarias para el programa doctoral.

Aquellos que superan con éxito estas etapas deben participar en un simposio donde presentan sus proyectos de investigación previos, para hacerlo solo tienen diez minutos.

El tico fue el único latinoamericano entre 60 estudiantes de todo el mundo que compitieron por distintos laboratorios. Luis tenía siete rivales que aspiraban por el mismo laboratorio, provenientes de universidades como Cambridge, Edimburgo y Manchester.

Debido a la diferencia horaria, recordó, tuvo que levantarse a las dos de la madrugada durante toda una semana, ya que las charlas se llevaban a cabo durante todo el día. Después, se llevaron a cabo tres entrevistas más antes de la selección final, una con el tutor principal y dos con investigadores posdoctorales del Instituto Cambridge.

Su investigación

El estudio que realiza el costarricense se trata principalmente de la alteración que sufren las proteínas luego de que ocurre alguna mutación en el ADN de las células y se desencadena un proceso de cáncer. El objetivo es crear fármacos específicos que solamente destruyan las células tumorales y no las normales, como ocurre actualmente con las quimioterapias.

Para alcanzar ese propósito, Luis, quien además es biólogo genetista con especialidad en Biología Molecular y Bioinformática, entrelaza los conocimientos de esas tres especialidades.

Su pasión por la ciencia fue heredada de su madre, María Elena Guzmán Carmona, quien le activó a muy temprana edad el interés por el estudio y el conocimiento.

“Pese a no tener estudios, mi mamá fue muy visionaria y se esforzó muchísimo para criarnos a mi hermano y a mí, ella sola”, relató el joven.

Rememoró que cuando tenía cinco años, mientras su mamá cocinaba, lo hacía repetir una y otra vez lo que tenía que exponer sobre el corazón y sus enfermedades en su primera feria científica.

“El corazón es un músculo del tamaño de un puño que late de 60 a 100 veces por minuto”, narró el ahora biólogo.

Aquellas prácticas y el apoyo de su madre, no hay duda que rindieron frutos.