Aulas nuevas devuelven la tranquilidad a estudiantes

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San Carlos. Los 75 alumnos de la Escuela Abelardo Rojas Quesada, en La Marina, volvieron a clases este martes con más ganas de estudiar.

En vez de las paredes despintadas, las pizarras con huecos y los pupitres podridos, los estudiantes encontraron un edificio nuevo, ventilado, con buenas mesas y hasta con un área para actos especiales.

“Están muy contentos y eso es explicable. Ellos sufrieron muchos problemas con la vieja escuela de madera construida en 1932, por iniciativa de don Abelardo Rojas, quien donó el terreno”, recordó Alexánder Vargas, presidente de la Junta de Educación y quien lideró el proyecto de la escuela nueva.

Este centro educativo estaba en peligro de cierre desde el 2013 debido a sus condiciones insalubres. Muchos padres optaron por sacar a los niños antes de que clausuraran la escuela o esta se viniera al suelo.

“Nos sentíamos desmotivados porque las paredes estaban con huecos, despintadas y sucias. Además, el techo estaba lleno de comején”, contó Carlos Fallas, alumno de sexto grado.

Otros de sus compañeros, como Alexánder Araya y Yesli Izaguirre, recordaron además las columnas a punto de caer, el calor insoportable que impedía poner atención en clases y la lluvia que entraba por el techo y les mojaba los cuadernos.

Sin embargo, aquella historia de congojas quedó atrás para este curso lectivo.

Este martes, los niños estrenaron el nuevo inmueble con tres aulas para primero y segundo ciclos, un recinto de preescolar, otro de educación especial, comedor, y dos baterías de servicios sanitarios.

La obra se levantó gracias a la labor conjunta de instituciones del Estado y la comunidad de La Marina. Resultó ser una inversión de ¢84 millones.

“Se hizo un gran esfuerzo que, estoy seguro, redundará en beneficio de los alumnos y del crecimiento del pueblo”, agregó Vargas, quien hizo un llamado a cuidar el nuevo recinto.

La Junta ya instaló verjas, una malla metálica y cámaras de vigilancia.