Dolor fortalece la fe de agricultor en romería de 236 km

La curación de una hija, hace 15 años, lo motivó a hacer peregrinación

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La Fortuna (San Carlos). Las heridas sangrantes en las plantas de los pies no lo detienen; tampoco el frío ni los intensos aguaceros entre Bajo Tapesco y la ciudad de Zarcero, en el primer tramo de un total de 236 kilómetros de recorrido.

Juan Luis Cordero Sandoval, vecino de Tres Esquinas de La Fortuna, San Carlos, asegura que ni el dolor más intenso le ha impedido llegar hasta la basílica de Los Ángeles desde que comenzó sus peregrinaciones, hace 15 años.

Para este hombre de 65 años, sin sufrimiento y sacrificio, la fe no es válida.

Su devoción por la Negrita comenzó mucho tiempo atrás, desde que era un chiquillo. Sin embargo, la curación de su hija, en el año 2000, la acrecentó.

Cordero asegura que la Virgen de los Ángeles sanó a su hija menor, Shirley, quien tenía ocho años. Ella sufrió una lesión en el ojo derecho que amenazaba con dejarla parcialmente ciega.

“El ojo se le hinchaba y los especialistas no podían, ni pudieron, diagnosticar el origen del problema. Un día me hinqué, le pedí a la Virgen por la sanación de la niña. Le prometí que por el resto de mi vida seguiría caminando hasta la basílica, en Cartago.

”Una mañana, mi hija se levantó y mientras se lavaba la cara, del interior del ojo se le desprendió una pelotita sangrante. Desde entonces, la lesión desapareció”, contó el campesino, padre de cinco varones y dos mujeres.

Desde entonces, muchas cosas cambiaron para Cordero y su esposa, Teresa Morales Salas.

“El amor, el agradecimiento y la fe que siento por ella es muchísimo más fuerte que el dolor que ataca mis pies cuando subo de Ciudad Quesada a Zarcero y de Curridabat a Cartago”, expresó.

Reconoce que en varias ocasiones, cuando los pies han comenzado a sangrarle, se ha visto tentado a no terminar la romería, pero, al pensar en el amor que la Virgen le ha demostrado, desiste de aquellos pensamientos.

Eso sí, él mismo acepta que se requiere una gran dosis de coraje, como lo necesitó para sobreponerse de la muerte de su amigo, Jorge García, quien falleció en el 2009 de un ataque al corazón.

El deceso ocurrió poco antes del 2 de agosto, cuando regresaban de la caminata de varios kilómetros que hicieron como preparación para la romería.

“Jorge murió en mis brazos y los de otros compañeros. Me impactó mucho, pues nos tratábamos como hermanos. Esa muerte la tomé como una prueba de la Virgen y creo que no le he fallado”, afirmó. Cordero recorre cada día unos 8 km. Para ello, le saca el tiempo a su trabajo en la siembra de yuca, ñampí y plátano.

Hoy jueves comenzará su marcha en la madrugada. Dijo que irá henchido de entusiasmo, confiado en que en tres días estará a los pies de la Negrita para agradecerle de nuevo por Shirley.

“Estoy rondando los 70 años, y cada vez que regreso de Cartago, físicamente me siento mucho mejor; es como si la Virgen me inyectara muchas vitaminas de vida, ya que me dan muchas más ganas de vivir con alegría y con positivismo”, concluyó.