¿ De qué color es el orgullo?
En octubre, el orgullo se viste de rosado; cuando juega la selección se camufla entre el blanco, azul y rojo; en junio se transforma en un arcoíris multicolor.
El orgullo, para millones, es de color negro como la noche.
Ese negro que se lleva en cada célula de la piel y que recorre todas las venas del cuerpo.
Que se mezcla con otros tonos para difuminarse, para avivarse, para quedarse.
Ese orgullo ha costado vidas, siglos de represión, luchas feroces en busca de igualdad.
Ese negro no es un color, sino todo lo que representa.
Este jueves 31 de agosto, Costa Rica celebró el Día de la persona negra y la cultura afrodescendiente.
Invitamos a costarricenses negros y negras de diferentes profesiones a dialogar con el impecable lente de nuestro fotoperiodista Albert Marín.
Las anécdotas de los momentos en que más honra han sentido de su color de piel, de su cultura y de sus raíces juegan con sus retratos para conformar un delicado fotoensayo con un objetivo claro: celebrar la diversidad que nos fortalece, conmemorar el camino que nos une.
Ronald Myre celebra todos los días en las calles de nuestro país el orgullo del color de su piel. Myrees oficial de tránsito en Guácimo de Limón. (Albert Marín)
Dra. Zuricka Samuels, ginecóloga: uno de los momentos más importantes fue la primera vez que Obama quedó de presidente de Estados Unidos. Eso fue un hito en el mundo entero. La vida se trata mucho de demostrar si se es inteligente, si esto o lo otro. El que Obama haya sido presidente da a entender que un negro no es solo fuerte en el deporte, fuerte en la música, sino también en cualquier área que quiera desempeñarse. De las cosas que me llenan de orgullo de ser médico, es haber sido una de las primeras mujeres negras médico en Costa Rica. Hubo algunas antes, u hombres, pero ser una de las primeras mujeres negras médicas en el país e ir a trabajar en una zona donde había mucha gente negra (Limón)... yo vi la influencia. Se que muchas otras se inspiraron por haberme visto a mí. (Albert Marin)
Leda Artavia, productora audiovisual y modelo: Hace algunos años colaboré en un documental llamado Si no es Dinga sobre las raíces afrodescendientes de Costa Rica. Tanto al final como durante el proceso adquirí conciencia de cómo mi color es una proyección afortunada de la rica mezcla que corre por mis venas y me recuerda que soy parte de ese árbol de raíces fuertes del cual –aunque en algunos las facciones o la piel no lo evidencie– la mayoría de los costarricenses formamos parte. Un árbol con grandes y fuertes raíces afrodescendientes. (Albert Marin)
Ricardo Thompson, ex embajador de Costa Rica en Trinidad y Tobago: El momento más agradable que sentí fue ocupando el cargo de diplomático. En ese entonces participábamos en la Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en Trinidad y Tobago. Tuvimos que esperar a don Óscar Arias porque hubo una situación especial. Mientras Barack Obama estaba en el aire, el avión en el que venía don Óscar Arias no podía estar muy cerca y se atrasó un poco esperando que dieran la orden de salida de Panamá. Por esa situación me encontré a dos metros de distancia de Barack Obama y tuvimos un contacto casi directo. (Albert Marin)
James Mills, mercadólogo e instructor de ejercicios funcionales: En sétimo año, en el año 1997, estaba en el colegio Castro Madriz. Tenían que conseguir dinero para comprar las primeras computadoras. Se nos ocurrió hacer venta de patí. Vendí junto con mis compañeros varias veces al año patí para recoger dinero y lograr la meta: poner las primeras computadoras. Al final de ese año se logró la meta. Fue el primer laboratorio de cómputo en el colegio. (Albert Marin)
Dra. Joyce Peynado, radióloga: Me sentí muy orgullosa cuando obtuve el primer lugar en los graduados de mi especialidad en todo Costa Rica con nota de 10. Me sentí muy feliz, no solo de ser negra, sino un ser humano, y ver la alegría reflejada en el rostro de mi mamá en ese momento. Esos son los momentos más imborrables y exquisitos, que nos enseñan que somos iguales y que podemos llegar adonde queramos ir en la vida. (Albert Marin)
Ana Elena Warren, bombera: Siempre me he sentido muy feliz de donde vengo. Soy una limonense 100% de corazón. Amo mi cultura, amo mi provincia. Un momento en específico en el que me he sentido muy feliz fue cuando entré a la U. Creamos un grupo de ocho amigas en la universidad, yo era la única negra. A todas les gustaba mi color de piel, mi tipo de pelo. También les gustaba mucho la forma de ser de uno. No tengo un momento específico en el que me haya sentido más feliz y orgullosa de dónde vengo, sino que siempre soy feliz, siempre soy orgullosa. Extraño mucho mi provincia y sé que algún día voy a volver a mis raíces. (Jeffrey_Zamora_R)
Kendall Alleyne, administrador de negocios y DJ: Los momentos donde más aflora el orgullo afro son durante las reuniones familiares, que dicho sea de paso no son muy frecuentes. Son esos espacios donde se escucha el español combinado con el inglés limonense, las anécdotas de mis padres sobre su crianza en Limón, muchas risas y la gastronomía de la costa caribeña. (Albert Marin)