San José
El Tribunal de la Corte Plena confirmó la tarde de este jueves que el viaje realizado por la expresidenta Laura Chinchilla a Perú, en un jet privado en el 2013, no significó ningún delito.
La denuncia contra la exmandataria la presentó en setiembre de 2013 la entonces diputada libertaria, Patricia Pérez, en medio del escándalo que se generó en Casa Presidencial a raíz del uso de un jet facilitado por la empresa petrolera THX.
En noviembre del 2013, la Fiscalía General solicitó a la Sala III desestimar la denuncia contra la exmandataria por considerar que las conductas investigadas no constituyeron ninguna acción delictiva penada en alguna ley del país. La Procuraduría de la Ética apeló esa decisión, pero hoy la Corte Plena respaldó la postura del Ministerio Público.
En su momento, la Fiscalía había manifestado que el proceder de Chinchilla "no se adecuó a ninguno de los delitos indagados: aceptación de dádivas, cohecho propio o impropio, concusión, exacción ilegal, enriquecimiento ilícito, incumplimiento de deberes, entre otros”.
Chinchilla viajó el 11 de mayo del 2013 a Perú para asistir a la boda del hijo del vicepresidente de la República, Luis Liberman y, de paso, saludar al presidente de ese país, Ollanta Humala.
Con ella, viajaron la exministra de Comercio Exterior, Anabel González, y su esposo, el exministro de Comunicación, Francisco Chacón, más su asistente Irene Pacheco.
La polémica se desató cuando se dio a conocer que quien prestó el avión había sido un empresario colombiano de nombre Gabriel Morales Fallón, que había sido investigado años atrás en su país por supuestos nexos con un narcotraficante.
El caso provocó la renuncia del exministro de Comunicación, Francisco Chacón, y del exjerarca de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), Mauricio Boraschi, así como de la asistente personal de Chinchilla, Irene Pacheco.