Estudiantes del Colegio Ricardo Fernández, en San Sebastián, San José, se enfrentaron ayer a golpes con oficiales de la Fuerza Pública en una protesta realizada en las afueras de ese centro educativo.
De acuerdo con reportes policiales, los estudiantes lanzaron a los oficiales puñetazos, patadas y hasta pedradas.
Se trata de la tercera ocasión en 22 días que los colegiales se lanzan a las calles para quejarse contra la forma como los trata la directora de la institución, Zaida Murillo.
Victor Soto, encargado de la delegación policial de San Sebastián, indicó que un grupo de 50 estudiantes se aglomeró al mediodía en las afueras del colegio para cerrar la entrada con cadenas.
“Estaban muy violentos, se nos tiraban encima. A un compañero lo golpearon con cadenas y nos apedrearon la patrulla en que llegamos”, aseguró Soto.
Durante el enfrentamiento, al parecer, también resultaron heridos varios estudiantes.
Uno de los colegiales aseguró a La Nación que las agresiones más bien provinieron de la Policía.
“Lo primero que hicieron los oficiales fue golpearnos para movernos a la fuerza. A un compañero le dejaron el ojo muy hinchado y debió ser trasladado al hospital”, comentó el joven, quien prefirió no identificarse.
Durante las dos horas que duró la situación, los adolescentes impidieron el ingreso y la salida de personal docente y administrativo de la institución.
Funcionarios del colegio aseguraron que los jóvenes incluso sacaron de las aulas a varios grupos.
Directora se defiende. Los manifestantes afirman estar cansados de las “actitudes prepotentes y malcriadas” de la directora.
Pero Murillo niega que ella los trate mal.
“Nunca han entrado a mi oficina a decirme que existe un problema conmigo. Hasta ahora me entero de esto. A varios profesores nos dio miedo salir, nos tenían prácticamente encerrados”, manifestó.
Rocío Solís, encargada de la Oficina de la Niñez y la Adolescencia del Ministerio de Educación Pública (MEP), indicó que hoy se reunirá con los estudiantes para conocer sus peticiones y buscar un arreglo.
Sin embargo, Solís aseveró que el MEP no tolerará los actos de vandalismo.