La ceniza que lanzó el volcán Turrialba desde el jueves y que alcanzó a llegar a 54 kilómetros del cráter, no contiene magma, según un estudio realizado por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), anunciado ayer.
En el análisis, para el cual se tomaron cuatro muestras del material lanzado, parte en las cercanías del cráter y parte en el cantón de Vázquez de Coronado, se determinó que en el 99% está compuesto por material rocoso muy viejo.
María Martínez, vulcanóloga del Ovsicori, dijo que solo en dos muestras se encontraron fragmentos con textura, color y morfología que indican magma fresco.
Con Martínez coincidió Raúl Mora, de la Red Sismológica Nacional. Él añadió que el magma estaría a unos dos o tres kilómetros de la superficie del cráter y que, por el momento, las erupciones son de gas.
Reabren escuelas. Ante el regreso a la calma del coloso turrialbeño, el Ministerio de Educación Pública anunció ayer la reapertura de 16 centros educativos cercanos al volcán, que habían suspendido lecciones el viernes pasado.
Se trata de centros situados en los cantones de Turrialba, Alvarado y Oreamuno. Se habían cerrado de forma preventiva por las erupciones del volcán.
La ministra de Educación, Sonia Marta Mora, explicó que las 16 escuelas disponen de sus respectivos planes de gestión de riesgo de desastres y de los protocolos de emergencia.
Mora añadió que se mantendrán cerradas las escuelas Sitio Las Abras, la Reunión, el Volcán y las Virtudes, que suman, entre las cuatro, 33 estudiantes.
“En caso de presentarse alguna situación de peligro en los próximos días, el MEP tiene previsto suspender lecciones, siempre a partir del criterio técnico de la CNE”, dijo Mora.
Vida normal. En los alrededores del volcán, sus pobladores siguen haciendo vida normal.
Javier Serrano, de 44 años, cuida ganado a unos ocho kilómetros del cráter. Él vive con su esposa y tres hijos, mayores de edad. “Por las noches le da miedo a uno, pero luego se duerme y ya”, dijo.
Serrano explicó que la ausencia de ceniza del costado oeste de la montaña permite que la vida siga con normalidad.
Mientras tanto, las autoridades de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE), de la Fuerza Pública y la Cruz Roja mantienen un retén en el pueblo de La Pastora para impedir el paso de la prensa y los curiosos.
A 11 kilómetros de allí, en Finca Central, las autoridades de la CNE atendieron a los medios ayer para confirmar que la aparente calma en la que ha entrado el Turrialba no los tranquiliza, pues esperan nueva actividad en cualquier momento.
Lidier Esquivel, de la Comisión de Emergencias, afirmó que, pese a la ausencia de erupciones de ceniza y material incandescente de días anteriores, aún no detienen el operativo en la zona.
“En las últimas horas, el volcán tiene una calma relativa, pero nos preocupa lo que no se ve. La sismicidad es muy leve, pero es claro que allí se mueven algunos materiales, y esto nos lleva a seguir atentos”, explicó Esquivel ayer. Colaboraron Hugo Solano y Heylin Gómez