A salvo gracias a un boquete en el cielorraso

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Lorena Barrios daba gracias a Dios por el hecho de que, junto a su familia, pudieron hacer un boquete en el cielorraso para subir a sus dos hijos allí, y así evitar que el barro los tapara.

Esta madre, dueña de lo que fue un salón de belleza, dijo que el jueves, cuando les informaron de que pasaría una cabeza de agua, no pudieron abandonar su casa.

“La idea era subirlos a ellos primero al desayunador, pero en eso, la refrigeradora se volcó y el agua la atascó en una puerta. Como estaba llena y no había luz, se nos dificultó todo. Todo pasó luego del segundo aguacero”, recordó la estilista.

Conforme el nivel del agua subía, la madre se preocupaba más, por lo que optó por meter a los niños dentro del carro, donde estuvieron por escasos minutos.

Para las 3 a. m., y con el barro a un metro de altura, el esposo de Barrios hizo un boquete en el cielorraso, adonde trasladaron a los pequeños.

Además de perder todos los enseres, Barrios se quedó sin nada en el salón. Ayer solo pensaba en limpiar la capa de barro.