Violencia étnica causa éxodo de refugiados en Kirguistán

Decenas de miles de personas huyen hacia la vecina Uzbekistán

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Osh, Kirguistán. AFP. Nuevos actos de violencia interétnica ocurrieron ayer en el sur de Kirguistán, obligando al éxodo hacia Uzbekistán de decenas de miles de refugiados, muchos de los cuales acusan a las fuerzas regulares kirguisas de ayudar a las bandas armadas a cometer masacres.

Uzbekistán anunció ayer el cierre de su frontera con Kirguistán, al saturarse la capacidad de recepción de refugiados y pidió ayuda internacional para las decenas de miles de personas que recibió desde que comenzó la crisis.

En cuatro días, los actos de violencia causaron por lo menos 138 muertos y 1.761 heridos, según el Ministerio kirguiso de Salud.

Unos 60.000 refugiados ya fueron registrados en la región uzbeka de Andijan, fronteriza con Kirguistán, cifra que no contabiliza a niños, dijo Izzat Ibraguimov, jefe adjunto regional del Ministerio de Situaciones de Emergencia.

Kirguistán, país pobre pero estratégico de Asia Central, acoge a una base militar rusa y, también, una base aérea estadounidense, crucial para el suministro de las tropas en Afganistán.

En Osh, segunda ciudad del país, donde estallaron el jueves pasado los enfrentamientos entre kirguisos y la minoría uzbeka, resonaban los disparos.

Cuerpos calcinados en las calles, vehículos incendiados y casas quemadas daban cuenta de la violencia de los últimos días.

El gobierno interino de Kirguistán admitió dificultades para retomar el control en el sur del país, pese a que movilizó al Ejército, instauró el estado de emergencia y el toque de queda.

“Siguen existiendo lugares donde hay enfrentamientos y, de momento, no logramos localizarlos. Surgen grupos armados en un lugar y luego en otro”, declaró a los periodistas Temir Sariyev, jefe adjunto del Gobierno provisional.

Estados Unidos está en “estrecho contacto” con el gobierno provisional de Kirguistán, la ONU, la OSCE y Rusia, en busca de “una respuesta internacional coordinada” a la situación de violencia en Kirguistán, informó ayer el Departamento de Estado.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, habló de los disturbios con responsables del Gobierno interino de Kirguistán, y con algunos de sus vecinos de Asia Central, precisó el portavoz Philip Crowley.

Asimismo, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anunció el envío de “ayuda y equipo de urgencia” a Uzbekistán.

La embajada de Estados Unidos en Kirguistán anunció más de un millón de dólares de asistencia humanitaria.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) detalló que unos 15.000 kirguisos continuaban bloqueados en la frontera.

En Ginebra, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, declaró que la violencia parecía “orquestada, con objetivos claros y planificados”.

Estos enfrentamientos son los peores episodios de violencia registrados desde la revuelta de abril de este año, donde murieron 87 personas, que derrocó al presidente Kurmanbek Bakiyev y llevó al poder al Gobierno interino actual.