Víctimas del franquismo defienden al juez Garzón

Por primera vez, familiares de víctimas relatan ante la Justicia actos de dictadura

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Madrid. AFP. Por primera vez en la historia de España, “los crímenes” del franquismo fueron relatados ayer en un tribunal por familiares de las víctimas llamados a testificar en el proceso contra el juez español Baltasar Garzón.

“La noche del 21 de setiembre de 1936, a mi madre se la llevaron a declarar, pero la mataron por el camino. Mataron a 27 hombres y tres mujeres”, dijo, emocionada, María Martín López, de 81 años, ante el Tribunal Supremo.

María tenía seis años la última vez que vio a su madre, Faustina López González, y desde entonces su familia lucha por recuperar sus restos, enterrados en la pequeña localidad de Pedro Bernardo.

“Siempre mi padre, hasta que murió en 1977, escribió” a las autoridades locales para intentar recuperar el cuerpo, recordó. “Le dijeron: ‘márchate, déjanos en paz, no nos reclames, no vayamos a hacer contigo lo que hicimos con ella’”, explicó la anciana, primer testigo de la defensa de Garzón.

Como María, esposos, hijos y nietos de unos 114.000 desaparecidos durante la guerra civil española (1936-39) y la dictadura franquista (1939-75) acudieron a partir del 2006 con sus denuncias al juez español con tal de conocer la verdad y recuperar a sus seres queridos.

“Acudimos por justicia: se los llevaron de casa, los apalearon, los tuvieron presos”, declaró Pino Sosa Sosa, hija de un desaparecido.

El juicio. Garzón, de 56 años, es juzgado a petición de dos grupos ultraderechistas que lo acusan de vulnerar una ley de amnistía de 1977 al intentar investigar estos casos, a lo que acabó renunciando en el 2008 por la oposición de la Fiscalía.

De ser declarado culpable, el magistrado, mundialmente conocido por la detención de Augusto Pinochet en 1998 en Londres, puede ser condenado a 20 años de inhabilitación profesional. La defensa y la Fiscalía piden su absolución.

Como una ironía del destino, por primera vez en 75 años el juicio a Garzón dio la oportunidad de que se relatasen ante un tribunal todos estos dramas personales.

“Ver cómo criminalizan al juez que los ha intentado ayudar es terrible”, afirmó Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Sin embargo, “tiene una parte positiva”: que “vaya gente de pueblecitos a contar directamente en el Tribunal Supremo lo que les ha pasado”, agrega este nieto de un represaliado e impulsor de la apertura de fosas comunes en España.

La defensa de Garzón llamó a declarar a más de 20 testigos que hasta el 8 de febrero relatarán sus historias en un caso que despierta fuerte expectación dentro y fuera de España.