Unión Europea debatirá la próxima semana si arma a los rebeldes sirios

Reunión se celebrará el 22 y 23 de marzo

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San José (Redacción). La Unión Europea debatirá la semana próxima si entrega armas a los rebeldes sirios , bajo la presión de Francia y el Reino Unido, que quieren responder al estancamiento del conflicto con una política más contundente en favor de la insurgencia.

Tras una reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 este viernes en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anunció que los cancilleres discutirán los próximos días 22 y 23 de marzo en Dublín si se levanta el actual embargo de armas a Siria.

“Varios países miembros plantearon la cuestión del levantamiento del embargo. Hemos acordado encargar a nuestros ministros de Relaciones Exteriores evaluar la situación de forma prioritaria en la reunión informal prevista la semana próxima en Dublín, y encontrar una posición común”, declaró Van Rompuy en una conferencia de prensa.

El presidente francés François Hollande, punta de lanza de la iniciativa, había subido el tono el jueves al anunciar que sin un acuerdo europeo, Francia estaría dispuesta a “asumir sus responsabilidades” y entregar armamento por su cuenta a los insurgentes sirios.

Este viernes, Hollande volvió a la carga afirmando que “el mayor riesgo sería no hacer nada”, y que “más vale controlar las armas que no dejarlas circular, como es el caso actualmente”.

“Hay países, como Rusia, que entregan armas a Bashar al Asad y a su régimen. Debemos sacar todas las conclusiones, y Europa debe tomar su decisión en las próximas semanas”, declaró Hollande a la prensa tras la cumbre europea.

Según él, “la situación está evolucionando” sobre el terreno, y los países europeos se decidirán tal vez antes de final de mayo, cuando expira el actual régimen de sanciones contra Siria, que prohíbe entregar armas pero permite facilitar entrenamiento y ayuda no letal como equipos de protección y medicamentos.

Altos funcionarios franceses señalaron que el objetivo sería entregar a la oposición misiles tierra-aire para contrarrestar los ataques de aviones y helicópteros del ejército sirio, la gran baza del gobierno.

De momento, y desde hace un año, los rebeldes han tenido un acceso constante a armas y municiones, gracias a la financiación de países del Golfo como Catar, y los botines de guerra obtenidos en los combates contra las fuerzas gubernamentales.

“El objetivo es sencillo: para llevar a Asad a la mesa de negociaciones, hay que mover las líneas en el terreno militar, para forzar una solución política”, comentó una fuente diplomática.

El primer ministro británico David Cameron, que apoya los esfuerzos de Hollande, lamentó que de momento “lo que se está haciendo es tratar al régimen sirio de una forma muy similar a como se trata a la oposición”.

Destacando que “los argumentos franceses y británicos son muy fuertes sobre la necesidad de pedir cambios”, Cameron dijo que los países miembros parecen comprender que “lo que se ha hecho hasta ahora no está funcionando”.

Londres y París, que ya en 2011 lideraron los esfuerzos internacionales en favor de una intervención militar en Libia, lo tendrán ahora difícil para convencer a sus socios, de momento muy cautelosos, de la necesidad de implicarse más en Siria.

La canciller alemana, Angela Merkel, volvió a dejar claro que su país “tiene reservas, porque hay que preguntarse si no se está atizando el conflicto” con una eventual entrega de armas a los insurgentes.

“Aún no tengo una opinión”, dijo la canciller, asegurando que “Alemania acompañará este debate de forma constructiva”.

En la misma línea, el canciller austríaco, Werner Feymann, advirtió que “en general, lo que ocurre (si se levanta el embargo) es que los que están del otro lado entregan más armas todavía”, en una aparente alusión a Rusia, el gran socio militar del régimen sirio.

Una fuente diplomática española recordó ante la prensa uno de los grandes miedos de numerosos países europeos: que el material letal termine en manos de yihadistas y alimente una proliferación de armas en la región, como fue el caso en Libia a fines de 2011, tras la caída de Muamar Gadafi.

“Se hizo una política en Libia, y pasó a Malí. Hay un desbordamiento”, dijo el funcionario español.

Jan Techau, director del "think tank" Carnegie Institute, considera "improbable que haya un acuerdo para levantar el embargo de armas, dada la firme oposición de principio de algunos países como Alemania”.

“Francia y Gran Bretaña están intentando salvar la unidad (europea), pero si eso significa no hacer nada, creo que ambos darán el paso adelante” y actuarán por su cuenta, añadió.

El conflicto sirio se inició hace exactamente dos años, con una sublevación duramente reprimida por el régimen. Según datos de la ONU, dejó hasta el momento unos 70.000 muertos y provocó el exilio forzado de un millón de personas.

En su esfuerzo por convencer a sus vecinos europeos, Hollande llegó el jueves a mencionar un riesgo de utilización de armas químicas por parte del gobierno de Asad. Sin embargo, este viernes rectificó y declaró: “No tenemos información, y somos conscientes de que el régimen correría un riesgo extremadamente alto si las utilizara, y lo sabe”.