Ercis, Turquía. AP. Trabajadores turcos empezaron ayer a usar maquinaria pesada para demoler construcciones dañadas y recoger escombros de aquellas derrumbadas, una semana después de que un terremoto ocasionara la muerte de al menos 600 personas.
Una réplica de magnitud 5,3 grados causó pánico ayer en la mañana en Van, provincia del este de Turquía donde miles de sobrevivientes siguen en tiendas de campaña.
Sus penurias se agravaban a causa de la nieve y la lluvia pues las autoridades insisten a los sobrevivientes evitar el ingreso a las construcciones que están dañadas.
En total, 231 personas fueron sacadas con vida de los escombros, anunció el sábado el viceprimer ministro, Besir Atalay.
El viernes, un niño de 12 años fue rescatado vivo de un inmueble caído; 108 horas después del sismo.
Unas 1.400 réplicas siguieron al sismo de magnitud 7,2 grados, ocurrido justo ocho días antes, el cual dejó decenas de muertos, agregaron las autoridades. Al menos 2.000 edificios se destruyeron y las autoridades agregaron que 3.700 quedaron inhabitables.
En Ercis, la ciudad que resultó más afectada por el terremoto, las excavadoras empezaron su trabajo para comenzar a retirar escombros mientras se disipaban las esperanzas de hallar sobrevivientes.
Sin embargo, no todos han sido encontrados. Algunas familias aún esperan noticias del destino de sus seres queridos cuando ya las autoridades descartan esperanzas.
En el terremoto murieron al menos 600 personas y 4.152 resultaron heridas, detalló ayer por la mañana la agencia de manejo de desastres del país, en una actualización de las cifras de la tragedia.
Israel, que tiene tensas relaciones con Turquía, envió el sábado dos aviones más con carpas y ropa, precisó un funcionario de la Defensa israelí. Alemania, Gran Bretaña, Irán, Irlanda, Japón y Rusia figuran entre las naciones que también han enviado asistencia.