Ticos se reportan conmocionados, pero sanos tras atentado en Boston

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“Es una cosa terrible”. Así lo resumió Alberto Murillo, un costarricense que ha corrido 19 maratones de Boston y que ayer cruzó la meta 20 minutos antes de que ocurieran las explosiones.

“Es una desgracia en un teatro, en una embajada y ya los deportistas no estamos exentos (...) yo sé que esto no va a pararme ni a mí ni a los que venían cruzando (la meta) en ese momento, apuesto a que ellos apenas puedan van a volver a correr”, dijo Murillo, quien mantiene la fe de que el terrorismo no amedrente al atleta.

Hugo Carranza también había cruzado la meta y estaba a unos 300 metros de ese lugar cuando escuchó las explosiones.

“A partir de ese momento, la ciudad de Boston se puso de locos, mi esposa iba en metro rumbo a la meta para encontrarnos y la Policía la bajó del metro y no nos pudimos ver. Tuvo que caminar como 20 kilómetros para llegar al hotel”, relató Carranza.

Algo similar le ocurrió a Ana Victoria Sanz, quien estaba a la vuelta del lugar de los ataques esperando a que llegara su esposo, Manuel Guevara.

Según relató, ella escuchó dos “bombazos” y pensó que iba a llover, pero después empezó el sonido de las sirenas, la Policía y las ambulancias.

Cuando ocurrieron las explosiones, a su esposo le dijeron que habían evacuado a los familiares de ese sitio, y él decidió irse al hotel.

Para entonces, ella seguía buscándolo en las calles, con el metro suspendido, sin taxis y sin alternativa para regresar al hotel. Una hija que está en Washington le hizo una llamada tranquilizadora, para decirle que don Manuel ya estaba en el hotel.

En su búsqueda, Sanz se topó con otros ticos también en buen estado, como Hugo Carranza y Arturo Delgado. En total, 29 costarricenses corrieron la maratón ayer . Todos cruzaron la meta antes de las explosiones.

Reportes de otros ticos, como Melissa Barboza, quien se comunicó con familiares en Costa Rica aseguran que todos están bien.

Por su parte, William Dargon, estadounidense casado con la nacional Hilda Gallegos, indicó que “todos están traumatizados”.

Agregó que la señal celular se cortó tras las explosiones y sospecha que fueron las autoridades locales para evitar que con un teléfono se activaran más bombas.

“Es mi maratón 19, estoy feliz por haberla terminado, pero la verdad no dan ganas de celebrarlo. Esto menoscaba la alegría, no se siente uno feliz”, terminó Alberto Murillo. Colaboraron Harold Leandro y Adriana Quirós.