Ucrania lucha contra el colapso de su economía

El Banco Central subió los tipos al 30% para frenar el desplome de su moneda, la grivna

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Situaciones desesperadas exigen medidas desesperadas. Eso hizo este martes el Banco Central de Ucrania.

Con un conflicto bélico abierto con los separatistas prorrusos, que a finales de 2014 había provocado una caída del PIB de más de un 15%; una divisa que ha llegado a perder hasta el 60% de su valor en un año y los precios completamente fuera de control, acordó subir los tipos de interés de referencia —el precio que cobra por prestar a los bancos— del 19,5% al 30% en un intento de estabilizar la situación de la economía, que encara su segundo año en recesión.

Es la segunda subida de tipos del banco central desde que comenzó 2015 y la última de una batería de medidas con las que las autoridades intentan recuperar el control de la moneda, la grivna.

Las reservas apenas rondan los $5.000 millones de dólares, lejos de los 15.000 que serían necesarios, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). La inflación, oficialmente, asciende al 26%, aunque los expertos calculan que es mucho mayor. La grivna reaccionó ayer con una subida del 9,3% a la decisión de la autoridad monetaria y cotiza a 24,25 unidades por dólar, lejos de la meta de entre 20 y 22 usada para elaborar los presupuestos.

La combinación de factores que confluyen en Ucrania ha demostrado ser casi letal para la economía.

"Sin una solución duradera y pacífica del conflicto en el Este, la fuga de capitales se mantendrá. Y ahí mucho dependerá de lo que pase con el rescate del FMI, anunciado el mes pasado", apuntaba William Jackson, de Capital Economics, en una nota a clientes.

El Fondo anunció en febrero ayudas por $17.500 millones y la movilización de otros $7.500 millones en préstamos bilaterales y con otros organismos. Siempre condicionado a la aprobación de un plan de reformas por parte del Gobierno.

Esta semana el Ejecutivo que preside Arseni Yatseniuk ha aprobado algunos cambios clave para ratificar el acuerdo, como el recorte de las pensiones un 15% y medidas para aumentar la recaudación de impuestos.

Su esperanza es que el consejo del Fondo apruebe el próximo miércoles el programa y, con ello, inicie los desembolsos. Pero esa solo es parte de la solución que busca Kiev, que ha contratado al banco de inversión Lazard para negociar una reestructuración de su deuda. No será fácil. Moscú se niega a que el préstamo de $3.000 millones que hizo al anterior Gobierno en 2013 se incluya en ese acuerdo y exige el pago en su totalidad para su vencimiento, el próximo mes de diciembre.