Sueldos bajos, la otra cara del ‘pleno empleo’

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Berlín. AFP. “Nos hemos vuelto un país con sueldos bajos”, lamenta Renata Stark, asistente social de la asociación Caritas, quien ve pasar por su pequeña oficina berlinesa a numerosos trabajadores pobres, excluidos del “milagro” económico alemán.

Esta mujer de 55 años cita un sinnúmero de ejemplos de asalariados que no logran vivir correctamente con lo que ganan, como un repartidor de pizzas que cobra 6 euros por hora o un joven periodista que gana 740 euros al mes.

“ Empecé a trabajar en esta profesión hace 21 años y las cosas no eran así. La situación se volvió sumamente grave en los últimos cinco o seis años”, explica.

Stark cita a un hombre que trabaja desde hace cuatro años de manipulador en una empresa de venta a distancia y gana 3,50 euros por hora, pero que sigue trabajando allí porque no encuentra mejor empleo, pese a haber sido candidato a numerosos puestos.

Al igual que las alrededor de mil personas por año que vienen a ver a Stark, este hombre vive gracias a la asistencia social y, cuando tampoco le alcanza, lo ayuda alguna organización caritativa, como “cuando se le rompe la lavadora o le llega una factura imprevista”, explica Stark.

Insuficiente. Un tercio de quienes piden estas ayudas tienen empleo, a veces a tiempo completo, tras haberse graduado en la universidad, fustiga Stark.

La jefa de gobierno, Ángela Merkel, que está en campaña para las elecciones del 22 de setiembre, recalca que su país tiene uno de los índices de desempleo más bajos de Europa (6,8% de la población activa en octubre), pero con una situación de precariedad sin precedentes para muchos asalariados.

En la primera economía de la Unión Europea, más de uno de cada cinco asalariados (20,5%), o sea más de 7 millones de personas, ganaban menos de 8,50 euros por hora en 2011 en un país donde no hay un salario mínimo oficial, según el Instituto de Investigación sobre el Trabajo (IAQ) de Duisburg Essen.

Junto con los bajos sueldos, se han desarrollado los empleos precarios: contratos de duración determinada, trabajo interino o a tiempo parcial, contratos que no pagan aportes sociales y cuya remuneración máxima es de 450 euros mensuales. Unos 8 millones de personas tenían empleos de este tipo en 2012, alrededor del doble que hace 20 años, según el instituto de estadísticas Destatis.

“Alemania es el país de la Unión Europea en el que la proporción de sueldos bajos es más alta, después de Hungría y el Reino Unido”, explicó Andreas Kappeler, economista especialista de Alemania para la OCDE, basándose en un estudio sobre el 2010.

Las mujeres y quienes viven en la parte oriental han sido los más afectados por la precarización, que se acentuó tras las grandes reformas del jefe de gobierno socialdemócrata (SPD) Gerhard Schroeder, entre 2003 y 2005.

El candidato del SPD para las elecciones, Peer Steinbruck, reconoció las consecuencias de esta política que permitió a Alemania reducir el desempleo, que era de más de cinco millones en 2005.

Actualmente, el país tiene “el mayor sector de bajos salarios de Europa”, declaró Steinbruck durante un debate, y prometió que una de sus primeras medidas, si resulta electo canciller, será instaurar una remuneración mínima universal de 8,50 euros.

Merkel afirma que impulsará negociaciones entre empresarios y sindicatos para que se fijen sueldos mínimos por sector de actividad, pero se niega a fijar un salario mínimo generalizado.