Ciudad del Vaticano. AFP, EFE. La comisión de cardenales de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprobó la atribución de un segundo milagro al beato Juan Pablo II, paso clave para su canonización, anunciaron ayer fuentes vaticanas.
Falta que el papa Francisco promulgue el decreto por medio del cual se reconoce el milagro y fije la fecha para su canonización, que, según medios de prensa italianos, podría ser a final de año.
Con la atribución del segundo milagro al papa fallecido en abril del 2005 se acelera el proceso para la canonización de Juan Pablo II, el primer pontífice polaco.
Milagro misterioso. Hasta ahora se desconoce el nombre de la persona y el lugar donde se dio el milagro por intercesión de Karol Wojtyla.
Sin embargo, una de las versiones que se maneja es que en abril pasado una comisión de siete médicos, consultada por la Congregación que preside el purpurado Angelo Amato, habría reconocido como milagro la curación de una mujer italiana que sufría cáncer y que se curó de manera inexplicable para la ciencia el 1.° de mayo del 2011, en la noche de la beatificación de Karol Wojtyla.
La otra posibilidad tendría que ver con una mujer costarricense, Floribeth Mora, quien habita en La Unión, Cartago, y quien padecía un aneurisma cerebral que desapareció de forma inexplicable, según declaraciones dadas ayer por el obispo de Cartago, José Francisco Ulloa, a la radioemisora ADN.
El proceso canónico para que una persona sea proclamada santa requiere del reconocimiento, por parte de un equipo de médicos, basados en exámenes clínicos, de un milagro para la beatificación y de un segundo para la canonización.
El milagro que llevó a la beatificación de Juan Pablo II se realizó en la persona de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien se curó de manera inexplicable para la ciencia de la enfermedad de Parkinson que la afectaba.
Por aclamación. Wojtyla podría ser canonizado después de octubre, a finales del Año de la Fe, proclamado por su sucesor, Benedicto XVI.
La canonización del papa polaco, que reinó 27 años (1978-2005) –entre los más longevos de la historia– responde, entre otros, al pedido de la multitud que durante sus funerales pedía a gritos, en italiano, santo subito (“que sea proclamado santo inmediatamente”).
Rápidamente, su sucesor, Benedicto XVI, autorizó el examen de sus virtudes y obra para que fuera declarado beato, primer paso para alcanzar la gloria de los altares.
Según fuentes religiosas, el papa argentino Francisco desea proclamar santos en una única ceremonia a Juan Pablo II y a Juan XXIII (1958-1963) , a quien considera “modelo de santidad” por su sencillez y bondad, pero que sorprendió al mundo en la década de los 60 al convocar un concilio para reformar y modernizar a la Iglesia.