Presidente de Turquía acusa a Alemania de albergar 'terroristas' en su territorio

Reacción ante prohibición de Berlín de mitines en apoyo a reforma constitucional

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Estambul

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó con dureza el viernes a Alemania tras la anulación de mítines de sus partidarios, y acusó a Berlín de cobijar "terroristas" en su territorio.

Estas fuertes declaraciones se producen luego de que las autoridades alemanas anularon tres mítines de apoyo a la reforma constitucional en Turquía, que concede más poder a Erdogan y que será sometida a referendo el 16 de abril.

"Le impiden hablar a mi ministro de Justicia, a mi ministro de Economía. Yo mismo debía hablar por videoconferencia", dijo Erdogan.

El presidente turco acusó a Alemania de tolerar las reuniones de separatistas kurdos calificados por Ankara como "terroristas".

"Deberían ser juzgados por ayudar y dar cobijo a terroristas", afirmó el jefe de Estado.

El gobierno alemán negó estar implicado en estas decisiones tomadas por las autoridades locales.

Relaciones tensas. Los cruces entre Berlín y Ankara son constantes desde el fallido golpe de julio en Turquía, pero la relación empeoró sustancialmente tras el arresto el martes por "propaganda terrorista" del corresponsal germanoturco en Turquía del diario alemán Die Welt, Deniz Yücel.

En su discurso, Ergodan presentó a Yücel como un "agente alemán" y "representante del PKK", el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, organización considerada como "terrorista" por Ankara, así como por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Esas acusaciones son "aberrantes" reaccionó el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán.

En visita a Túnez, la canciller Ángela Merkel negó toda implicación de su gobierno en la anulación de los mítines, un desmentido acompañado de una crítica.

Es "apropiado de nuestra parte criticar los atropellos a la libertad de prensa" en Turquía, expresó Merkel.

La Policía alemana anunció el viernes la anulación de un tercer mítin previsto el domingo en Frechen, oeste de Alemania, en el que debía participar el ministro de Economía turco, Nihat Zeybekci.

Nihat Zeybekci aseguró que viajaría a Alemania, aunque se anulara la concentración.

"No quieren que los turcos hagan campaña aquí, trabajan por el no", acusó el viernes el jefe de la diplomacia turca, Mevlüt Cavusoglu.

Alemania cuenta con una numerosa comunidad turca de tres millones de personas implantada desde los años 60, cuando necesitaba mano de obra para la industria.

El jueves, las autoridades alemanas anularon, evocando problemas logísticos, un mítin en Gaggenau (suroeste), en donde debía participar el ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, y en paralelo la ciudad de Colonia (oeste) indicó que no autorizaría una reunión prevista el domingo a la que también debía asistir el ministro de Economía.

Signo de la tensión, este viernes el ayuntamiento de Gaggenau fue evacuado por una amenaza de bomba enviada por una persona que denunciaba la anulación del mítin.

La Policía no halló explosivos.

A pesar de estos cruces de acusaciones, los dos países parecen mantener la voluntad de conservar canales abiertos de comunicación.

Los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países convinieron el viernes en una entrevista telefónica reunirse el miércoles, indicó un responsable turco.

A pesar de las recurrentes críticas de los últimos meses, estos dos pilares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con históricos lazos son socios inevitables.

A seis semanas del referendo en Turquía, el gobierno de Ankara multiplica las manifestaciones fuera del país para cortejar a la diáspora turca.

En este contexto, Alemania, que cuenta con la mayor comunidad de la diáspora turca –unos tres millones de personas– es un ineludible escenario de campaña.

El mes pasado, el primer ministro turco, Binali Yildirim, habló en un mítin en Oberhausen (oeste de Alemania) ante miles de simpatizantes del poder en Turquía.

El Gobierno alemán fue muy criticado por la oposición por haber aceptado la organización de este mítin.

El Gobierno turco lleva a cabo una campaña para promover el voto a favor del sí en el referendo del 16 de abril sobre una reforma constitucional que amplía considerablemente el poder del presidente Recep Tayyip Erdogan.