Presidente de Comisión Europea pide respuesta audaz ante crisis de migrantes

Distribución se haría con base en la población, el PIB y el paro de cada país

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Estrasburgo, Francia. AFP. El presidente de la Comisión Europea (CE) , Jean-Claude Juncker, presentó este miércoles su propuesta sobre cómo deberían repartirse los 160.000 migrantes llegados entre los miembros del grupo y lanzó un llamado a que los miembros sean “audaces” para responder a la peor crisis de esta índole en décadas.

En un momento en que los países de la frontera del bloque como Grecia, Hungría e Italia enfrentan dificultades para recibir a quienes huyen de los conflictos en Oriente Medio, Juncker pidió a Europa que recuerde su propia historia y que ignore a los partidos populistas.

“Es hora de acciones audaces y determinadas para la UE”, dijo el titular del Gobierno comunitario, al tiempo que pidió que la UE reparta a 120.000 emigrantes, además de los 40.000 que ya pidió la Comisión a los países del bloque en la primavera. Ellos son principalmente sirios y eritreos.

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Según los cálculos de la Comisión, que propone la distribución con base en criterios como la población del país, el producto interno bruto (PIB) total y la tasa de desempleo, Alemania, Francia y España serían los países que más refugiados recibirían.

Este miércoles, España aceptó la cuota propuesta por la Unión Europea (UE), que le solicitó acoger a a 14.931 personas, dijeron fuentes de la Presidencia comunitaria. A esta cifra se suman las 2.749 plazas prometidas en junio, por lo que, en total, el país recibiría a 17.680 migrantes.

Fórmula permanente. Juncker pidió que, después de la distribución de estos 160.000 solicitantes de asilo, la UE instaure “un mecanismo permanente” para hacer frente, “más rápidamente”, a un nuevo récord migratorio.

Los países que se nieguen podrían ser multados.

La canciller alemana, Ángela Merkel, quien se comprometió a que su país reciba medio millón de migrantes por año , reclamó nuevamente este miércoles que se instaure un reparto “obligatorio” en la UE, a lo que se oponen varios países del este del bloque.

El primer ministro británico, David Cameron, reiteró su oposición a las cuotas. Cameron se comprometió a recibir 20.000 inmigrantes en los próximos cinco años, pero no los que ya están en Europa, sino los que viven en Turquía, Jordania y Líbano.

Juncker instó además a la UE a que no distinga a las personas según su religión.

La semana pasada, el primer ministro húngaro, Víktor Orban, que se opone a las cuotas obligatorias por país, afirmó que ese éxodo masivo amenaza las “raíces cristianas” de Europa.

En Francia, adonde llegó este miércoles el primer contingente de unos 1.000 migrantes, algunos diputados se pronunciaron por recibir únicamente a cristianos.

Juncker abogó además por que los migrantes tengan derecho de trabajo desde su llegada al territorio de la UE y que se abran vías legales a la inmigración.

Estas declaraciones generaron críticas en sectores contrarios a la inmigración.

“Proponer que los clandestinos puedan trabajar en un país como Francia, que ya tiene siete millones de desempleados, es un escupitajo en la cara para los desempleados franceses”, reaccionó, indignada, Marine Le Pen, eurodiputada del partido de extrema derecha Frente Nacional.

En la frontera entre Serbia y Hungría, más determinados que nunca, centenares de individuos forzaron en varias ocasiones el retén de la Policía húngara.

“No queremos vivir más en campamentos en Hungría o en otra parte, las condiciones son horribles, hace mucho frío, todo está sucio, huele mal”, dijo durante la noche una joven siria de Damasco, que intentaba junto a otros migrantes forzar el paso cerca de la localidad húngara de Roszke, a unos 170 km de Budapest.

Otros gritaban que querían irse y gritaban delante de policías húngaros “Germany, Germany” (Alemania), que se ha convertido en “tierra prometida”.

En Dinamarca, el operador ferroviario DSB suspendió todos los trenes desde y hacia Alemania luego de que cientos de migrantes se negaran a descender.

Entre tanto, otros centenares marchaban por su parte en una autopista con la intención de llegar a Suecia, que ofrece mejores condiciones a los exiliados que Dinamarca.

En la isla de Lesbos, en el mar Egeo, cercana a las costas de Turquía, otro de los puntos de acceso al bloque, las autoridades completaron el registro de 14.000 personas, del total de 20.000 que se estima que han llegado a la isla, convertida en un lugar emblemático de este éxodo.

Un total de 381.412 personas han llegado a Europa, a través del mar Mediterráneo, desde enero de este año, y 2.850 fallecieron en el trayecto o fueron dadas como desaparecidas, informó el martes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) .

Ante la magnitud de la crisis, el secretario de Estado, John Kerry, manifestó que Estados Unidos está estudiando cómo recibir a más refugiados.

“Estamos evaluando el número que específicamente podemos manejar con respecto a la crisis en Siria y Europa”, agregó sin dar una cifra estimativa.