Papa Francisco pide a Iglesia escoger entre ser ‘casta’ o estar con los marginados

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ciudad del Vaticano. AFP. A punto de cumplir dos años de pontificado, el papa Francisco pronunció ayer una homilía clave en la que instó a la Iglesia a escoger entre ser una ‘casta’ o superar los prejuicios y el miedo, para optar por los marginados.

El Papa pronunció la homilía ante 160 cardenales de todo el mundo reunidos en el Vaticano para la proclamación de 20 nuevos purpurados y una serie de reuniones y debates sobre la reforma de la Iglesia.

“Jesús revoluciona y sacude fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los prejuicios”, dijo Francisco al iniciar su homilía, entre las más importantes que ha pronunciado desde que fue elegido en marzo del 2013.

Vestido con paramentos verdes, sin salirse del discurso, Francisco trazó el perfil de la Iglesia para el siglo XXI.

“El camino de la Iglesia es el de no condenar a nadie para siempre y difundir la misericordia de Dios a todos”, afirmó solemne desde la basílica de San Pedro, en una alusión a la prohibición impuesta por la Iglesia de comulgar a los divorciados que se vuelven a casar.

A la jerarquía de la Iglesia, el Papa la invitó a salir a las periferias, a abandonar toda forma pasiva de mirar el sufrimiento del mundo, a arriesgar, a no temer el escándalo ante las aperturas y a superar prejuicios.

“Jesús no tiene miedo de ese tipo de escándalos. Él no piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de una curación, que se escandalizan de cualquier apertura que no entre en sus esquemas mentales o espirituales”, recalcó.

Las palabras del Pontífice latinoamericano, jesuita de formación, de 78 años, sonaron como una advertencia ante los retos que la Iglesia católica encara este año por una serie de reformas internas que se ha demorado en aprobar y que suscitan muchas reticencias.

La jerarquía de la Iglesia deberá en octubre tomar medidas ante los cambios que vive la familia moderna y quizás aprobar desde la comunión para la divorciados que se vuelven a casar hasta la aceptación de los homosexuales , temas que generan profundas divisiones.