Papa Francisco pide a Europa tender puentes y botar muros

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Ciudad dedl Vaticano. AFP. El papa Francisco instó a Europa a “transformar radicalmente sus modelos” y a “construir puentes y derribar muros”, como lo hicieron los padres fundadores de la Unión Europea (UE), al recibir, el viernes, el premio Carlomagno.

“Los proyectos de los padres fundadores, mensajeros de la paz y profetas del futuro, no han sido superados: inspiran, hoy más que nunca, a construir puentes y derribar muros”, afirmó el Pontífice en un llamamiento en el que urgió a los dirigentes europeos a mostrar “audacia” para “transformar radicalmente los modelos” económicos y sociales del continente.

El Pontífice argentino, que escribió de su puño y letra el discurso, aceptó por primera vez recibir una distinción internacional para animar a Europa a trabajar por la paz y el diálogo.

“Sueño con una Europa donde ser emigrante no sea un delito”, dijo, “una Europa de la cual no se pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última utopía”, clamó el Papa al término de su mensaje, que se inspiró en el histórico discurso del reverendo Martin Luther King, en 1963, Tengo un sueño.

Inspiración. “Escuchar al Papa hablar de sus sueños para Europa nos debe servir de inspiración para comprometernos a favor de una mayor integración, algo que contradice la evolución actual de Europa, cada vez más dada al nacionialismo”, comentó el alemán Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo.

Francisco recibió el premio Carlomagno, el importante galardón europeo, que se otorga desde 1950, en la imponente Sala Regia del palacio apostólico.

Asistieron a la ceremonia la mayoría de los líderes de la UE, como la jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel, y los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; del Parlamento, Schulz, y del Consejo de la UE, Donald Tusk, así como el rey de España, Felipe VI.

El Papa urgió nuevamente a “refundar” Europa, tras los llamamientos lanzados en noviembre del 2014 al Parlamento Europeo para que el Viejo Continente vuelva a convertirse “en un precioso punto de referencia para la humanidad”.

A los líderes europeos actuales les recordó los retos del pasado, citó entre otros al escritor Elie Wiesel, superviviente de los campos de exterminio nazis, y los invitó a un “nuevo humanismo” basado en “la capacidad de integrar, la capacidad de comunicación y la capacidad de generar”, dijo.

“¿Qué te ha sucedido Europa humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad? ¿Qué te ha pasado Europa, tierra de poetas, filósofos, artistas, músicos, escritores? ¿Qué te ha ocurrido Europa, madre de pueblos y naciones, madre de grandes hombres y mujeres que fueron capaces de defender y dar la vida por la dignidad de sus hermanos?”, se interrogó el Pontífice.

“Hoy en día es imprescindible realizar una ‘transfusión de memoria’. Es necesario ‘hacer memoria’, tomar un poco de distancia del presente para escuchar la voz de nuestros antepasados. La memoria no sólo nos permitirá que no se cometan los mismos errores del pasado, sino que nos dará acceso a aquellos logros que ayudaron a nuestros pueblos a superar positivamente las encrucijadas históricas que fueron encontrando”, recalcó.

El Papa condenó también sin titubear “los retoques cosméticos o compromiso tambaleante”, al referirse a los acuerdos para expulsar a los migrantes, un tema que abordó en su reciente visita a la isla griega de Lesbos, de la que regresó con un grupo de refugiados sirios.

Francisco recordó que “las raíces de Europa se fueron consolidando en el transcurso de su historia, aprendiendo a integrar”, dijo, tras resaltar que “la identidad europea es, y siempre ha sido, una identidad dinámica y multicultural”.

Para lograr esos “sueños”, el pontífice argentino propuso buscar “nuevos modelos económicos más inclusivos y equitativos, orientados no para unos pocos, sino para el beneficio de la gente y de la sociedad”.

En su discurso, el Papa, que suele recurrir a figuras literarias, invitó a los europeos “a armar a sus hijos con las armas del diálogo” y a “enseñarles la buena batalla del encuentro”.

Francisco, hijo de emigrantes italianos, concluyó su discurso enumerando sus ocho sueños para Europa, entre ellos “una Europa que promueva y proteja los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con todos”, subrayó.

“Este discurso debería ser leído en todas las capitales de Europa”, resumió Schultz.