Izquierda avanza hacia eventual triunfo en las elecciones griegas

Sondeos pronostican la victoria de partido antiausteridad

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Atenas AFP Entre el fervor de sus partidarios y los sondeos unánimes que pronostican su victoria, nada parece impedir que Alexis Tsipras, líder del partido de izquierda radical Syriza, se convierta el domingo en el primer jefe de un gobierno europeo abiertamente antiausteridad.

Pese a ello, [[BEGIN:INLINEREF LNCIMA20150123_0121]]Tsipras,[[END:INLINEREF]] de 40 años, advirtió a la multitud congregada la noche del jueves en la plaza Omonia, en Atenas, que la tarea serádifícil y que posiblemente se produzcan “grandes enfrentamientos”.

Aun así prometió que con Syriza en el poder Grecia negociará con sus aliados europeos “con firmeza y determinación” la restructuración de su deuda “odiosa e insostenible”, que supone en la actualidad el 175% del PIB griego, unos 300.000 millones de euros.

Se trata de un discurso que los griegos, tras seis años de recesión y con un desempleo aún por encima del 25%, desean oír. Los sondeos son unánimes: el partido de Tsipras ganará el domingo, por delante de la Nueva Democracia del actual primer ministro conservador Andonis Samarás, en el poder desde 2012.

Según las encuestas, la distancia entre ambos iba de los dos puntos el jueves por la noche (32,1% frente al 30,1%, según el instituto Metrisi para el sitio web Provocateur.gr) a los nueve (30,2% frente al 20,3%, según Palmos Analysis para TVXS.gr)

Efecto dominó. La posible victoria de Syriza da alas a otros partidos de la izquierda europea como el español Podemos, cuyo líder, Pablo Iglesias, viajó a Atenas para apoyar a Tsipras.

Frente a la multitud alegre ondeando banderas, ambos hombres se abrazaron en el escenario, mientras resonaba la emblemática canción partisana “Bella Ciao”.

“Un viento de cambio democrático sopla en Grecia. En Grecia ese cambio se llama Syriza, en España se llama Podemos”, dijo en griego Iglesias, aclamado por los presentes.

En Francia, el líder del partido de izquierda (PG), Jean-Luc Mélenchon, predijo un “efecto dominó”, una “primavera europea” de los pueblos. Incluso la dirigente de extrema derecha Marine LePen apoyó a Syriza, que declinó la “simpatía falsa y repulsiva” del Frente Nacional francés.

Una mayoría absoluta es “una necesidad, si queremos tener las manos libres y un fuerte poder de negociación” con los acreedores del país, indicó Tsipras.

Tras los recortes impuestos al país por sus acreedores, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), a cambio de 240.000 millones de euros en préstamos, el gobierno de Samarás logró un tímido crecimiento desde mediados de 2014 (sin contar la carga de la deuda), y un cierto éxito en los mercados de compra de deuda en abril.

Pero estas mejoras no han rozado la vida de los griegos, que siguen hartos de la mala situación, y más aún cuando el país sigue enfangado en el programa de ayuda de la Unión Europea (UE), que ha debido extenderse dos meses más, hasta finales de febrero, mientras Grecia se esfuerza por obtener los 7.000 millones esperados para esa fecha.

Tsipras pasó por alto la cuestión aún no resuelta de con quién se aliará para obtener una mayoría absoluta en el parlamento griego, en caso de no obtenerla por sí solo el domingo con el bonus de 50 escaños que se lleva por ley el vencedor.

Los medios financieros están a la espera. La bolsa de Atenas, que ha perdido casi un cuarto de su valor desde diciembre ante la perspectiva de una eventual victoria de Syriza, avanzaba más de 5% el viernes a mediodía.

El FMI aseguró que ni siquiera se plantea la hipótesis de una salida de Grecia del euro –conocida como Grexit–, el espectro agitado por los mercados en caso de victoria de la izquierda radical.

En Atenas, Samarás tratará por última vez de impedir una Grecia liderada por “un primer ministro norcoreano”, última ocurrencia dentro de una campaña basada en el miedo y la exageración.