Hungría vota el domingo en referendo sobre política de rechazo a refugiados

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Budapest

La política de rechazo a los refugiados orquestada por el primer ministro Víktor Orban será sometida a referendo este domingo, una consulta que constituye un desafío a la Unión Europea (UE).

Alrededor de 8,3 millones de electores están llamados a validar o rechazar la postura del jefe de Gobierno húngaro contra la repartición de refugiados entre los países de la Unión Europea.

Los sondeos estiman que el no ganará la consulta, cuyo único suspenso reside en la tasa de participación,

Un primer plan de "relocalización" de 160.000 solicitantes de asilo entre los 28 Estados miembro se está llevando a cabo desde setiembre de 2015.

Hasta la fecha, Hungría no ha propuesto ninguna plaza de acogida y se considerará, si gana el no, libre de cualquier obligación de aplicar la política migratoria europea.

Víktor Orban prometió traducir el resultado de la consulta "al sistema legal húngaro", sin dar más detalles.

La Comisión Europea afirma, por su parte, que el referendo no tendrá ningún impacto jurídico en los compromisos adoptados.

"Los Estados miembro tienen la responsabilidad legal de aplicar las decisiones tomadas", recordó esta semana el comisario para las Migraciones, Dimitris Avramapoulos.

"Si se organizan referendos sobre cada decisión de los ministros y del Parlamento Europeo, la autoridad de la ley está en peligro", advirtió este verano Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.

La formulación de la pregunta planteada a los húngaros resume este doble desafío a Bruselas y a la acogida de refugiados: "¿Quiere que la Unión Europea decrete una relocalización obligatoria de ciudadanos no húngaros en Hungría sin la aprobación del Parlamento húngaro?".

Oposición desde el Gobierno. "Me gusta Hungría tal y como es y no quiero que alguien la cambie por una orden del exterior", recalcó recientemente el jefe de Gobierno.

Los sondeos vaticinan que ganará el rechazo a las cuotas de acogida, un resultado que reforzaría políticamente a Vcktor Orban en su país y su imagen de dirigente populista antiinmigrantes en Europa.

Sin embargo, el Gobierno desconoce cuál será la tasa de participación y si esta no alcanza el 50%, la consulta no será válida.

La idea del referendo, lanzada en febrero, "es, en primer lugar, focalizar el año 2016 en la cuestión migratoria, a pesar de la ausencia de migrantes en Hungría ", un país que sólo concede el asilo en casos contados, considera el analista político Andras Biro-Nagy.

Si el primer ministro fracasa en su objetivo de participación, "podría tener que lidiar con pedidos de dimisión", dijo Biro-Nagy.

Pero Orban, con una popularidad en su nivel más alto, granjeada con su discurso desacomplejado sobre la inmigración, que compara con un "veneno", no parece vulnerable.

La obsesión por el tema migratorio ha dejado en segundo plano las críticas contra la política económica y social del gobierno.

El partido conservador Fidesz gobierna en Hungría desde el 2010 y su único verdadero rival en las próximas elecciones, en el 2018, es el partido de ultraderecha Jobbik.

Para evitar que se alcance el cuórum, la oposición y ONG de defensa de los derechos humanos han hecho un llamado al boicot o al voto nulo, que no quedaría contabilizado en la tasa de participación.

Unos 400.000 migrantes transitaron por Hungría en el 2015, la mayor parte de ellos, antes de que se instalaran las alambradas en las fronteras serbia y croata.