Huelgas y protestas amenazan con paralización de Francia

Más de 4.000 gasolineras agotaron ya sus existencias de combustibles

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

París. EFE. La extensión de las huelgas y bloqueos contra la reforma laboral en Francia, en particular en la energía, agotaron el combustible en un tercio de las gasolineras y amenazaban con asfixiar la economía y poner en jaque a un gobierno que asegura que garantizará el aprovisionamiento.

El primer ministro francés, Manuel Valls, reafirmó este miércoles que no retirará el proyecto de ley de trabajo ni se modificará el artículo más polémico, que pretende favorecer la negociación dentro de las empresas en detrimento de los convenios colectivos.

Valls añadió que su “puerta sigue abierta para el diálogo”, una sonda lanzada después de que varios parlamentarios de su propio Partido Socialista (PS) lanzaron la idea de que hay espacio para negociar algunas concesiones sobre ese artículo.

El jefe de Gobierno denunció la actitud de la Confederación General del Trabajo (CGT, que lidera la protesta), “una organización minoritaria que quiere hacer plegar al Gobierno”, y la contrapuso a la del gran sindicato reformista, la Confederación Francesa de Trabajadores (CFDT), con la que su Ejecutivo consensuó el proyecto de ley de trabajo que se tramita en el Parlamento.

Sin gasolina. El hecho es que las huelgas y bloqueos de refinerías y depósitos de petróleo promovidos por la CGT para exigir la retirada de ese texto, elevaron a más de 4.000 las gasolineras en las que se había agotado total o parcialmente el carburante, de un total de 12.000 que hay en Francia.

---

El secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, señaló que en la mañana de miércoles, en la región de París, 40% de las estaciones de servicio habían agotado sus existencias, aunque aseguró que la situación mejoraba en el oeste de la ciudad, donde había sido crítica días antes.

Vidalies reconoció que se está recurriendo a las reservas estratégicas. Pero subrayó que es un uso “marginal” , puesto que se ha extraído el equivalente a tres días de consumo, cuando hay 115 disponibles. Afirmó que el problema mayor son los bloqueos. Por eso, tanto él como Valls afirmaron que continuarán las operaciones policiales para levantarlos.

“La CGT no dicta la ley en este país”, advirtió el primer ministro, que argumentó que si bien “el derecho de huelga y de manifestación son derechos absolutos, esta radicalización es inaceptable”, así como la amenaza de paralizar una central nuclear.

Por otra parte, los trabajadores de la central nuclear Nogent sur Seine , a unos 100 kilómetros de París, votaron a favor de proceder a su apagado o al menos a una ralentización de la producción del único de los dos reactores todavía en funcionamiento.

Más allá de la energía, el miércoles se inició un paro de dos días en los ferrocarriles que tuvo un seguimiento bajo, del 10,6%, según la dirección de la compañía SNCF. Se suprimieron decenas de trenes, entre ellos 40% de los que debían circular entre Francia y España.

Nuevas protestas. Este jueves será una jornada importante para evaluar el apoyo a las movilizaciones, ya que todos los sindicatos que exigen la retirada de la reforma llamaron a protestar.

También se han convocado huelgas intersectoriales, entre ellas, en el control aéreo, que obligará a las compañías que operan en el aeropuerto parisino de Orly a cancelar 15% de sus vuelos.

La CGT prepara para la semana próxima, una batería de paros indefinidos en los ferrocarriles y en el transporte metropolitano de París, a los que se sumará otro de tres días de los controladores aéreos, en este caso, por motivos propios de su convención.

El inicio de la Eurocopa de fútbol, el 10 de junio, aparece como una fecha clave, porque según una encuesta publicada el miércoles, si las protestas tuvieran impacto en ese evento -con consecuencias negativas para la imagen del país-, un 61% de los franceses considerarían responsable al gobierno de Valls.