Griegos sacan dinero de bancos por temor a control de capitales

Esta semana, alrededor de 3.000 millones de euros salieron de Grecia

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Atenas AFP, EFE Los griegos se preparaban el viernes ante la eventualidad de la instauración de un control de capitales si fracasa la cumbre europea del lunes, pero con cierta calma, luego de seis años de crisis.

Las cifras son claras: familias y empresas griegas, preocupados por las consecuencias de la llegada del partido Syriza al poder, retiraron 31.500 millones de euros de diciembre a abril, y el movimiento se habría acelerado desde entonces.

Solo esta semana habrían partido 3.000 millones de euros, según la prensa.

Se teme que el Gobierno y sus acreedores no logren ponerse de acuerdo sobre las reformas a implementar para que estos últimos suministren a Grecia 7.200 millones de euros, con lo que podría pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI), el 30 de junio, un tramo 1.500 millones de euros.

Si Grecia no paga al FMI incurriría en impago, con las consecuencias imprevisibles de pánico bancario.

Para evitar esto, todos los economistas auguran la probabilidad del anuncio, sin previo aviso, de un estricto control de movimientos de dinero, como ocurrió en marzo de 2013 con el vecino chipriota, que acaba de derogar esa medida.

Sin embargo, era imposible percibir movimientos frenéticos ante los cajeros automáticos de los bancos de la ciudad ayer.

Pese a ello, ante una sucursal del Banco Nacional de Grecia (BNG, uno de los cuatro grandes bancos del país) en el barrio pudiente de Kolonaki, solo se habla de eso.

“La gente está tranquila porque ya todo salió”, decía con tono de broma Panos, 23 años, empleado en la entrega de paquetes.

Pero eso no es del todo exacto, pues un jubilado dijo que vino a retirar el resto de sus ahorros luego de haber esperado tres horas el día anterior para hacer otro retiro en el cajero.

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Esta sucursal rechazaba suministrar más de 2.500 euros en efectivo de una sola vez, procedimiento normal en caso de fuerte afluencia, según dos fuentes bancarias interrogadas.

Coherencia. De paso, Louka Katseli, presidente del BNG, llamó a los ciudadanos griegos “a tener más responsabilidad y coherencia”, pues “cada uno de sus actos”, como retirar dinero, “afecta la globalidad” del sistema.

Las autoridades tratan también de ahogar los rumores financieros alarmistas, calificados de “inaceptables” por el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis.

El Banco Central Europeo (BCE) aumentó ayer, por segunda vez en una semana, el techo de su financiamiento de urgencia (ELA) a los bancos griegos.

El alza, no divulgada, sería según la prensa de 3.300 millones de euros, por lejos la más fuerte desde febrero.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, advirtió en Rusia de que Grecia tiene más alternativas a la Unión Europea (UE) y que al pueblo griego no le asusta “llegar a puertos más seguros”.

“Estamos [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150619_0004]]en medio de una tormenta,[[END:INLINEREF]] pero somos un pueblo que sabemos manejar el mar y la tormenta no nos asusta, ni la posibilidad de descubrir nuevos océanos y llegar a puertos más seguros”, afirmó.

El primer ministro heleno, cuyo Gobierno sufre fuertes presiones para aceptar las recetas de austeridad de sus acreedores, subrayó que “el así llamado problema griego no es un problema griego, sino un problema europeo”.

“Se trata de si la UE será capaz de recuperar sus principios de solidaridad y justicia social”, dijo Tsipras, tras el fracaso ayer en Luxemburgo de las negociaciones con el Eurogrupo para desbloquear el último tramo del rescate a la economía griega.

Reiteró que la política económica de “ajustarse el cinturón” impuesta por Berlín y Bruselas es “un camino que no conduce a ninguna parte”.

“Muchos se preguntan por qué estoy hoy aquí y no en Bruselas”, dijo Tsipras y explicó que viajó a San Petersburgo, en su segunda visita a Rusia en menos de tres meses, porque considera a este país como uno de los nuevos ejes del mundo multipolar.

Destacó que después de la crisis del 2008 el mundo es diferente, y agregó: “En Europa hemos tenido la ilusión de que somos el ombligo del mundo, cooperando solo con nuestros vecinos directos. Pero el centro del mundo ha cambiado de lugar, hay nuevas fuerzas a nivel político y económico”.

La falta de un acuerdo entre Grecia y sus acreedores causa entre preocupación y exasperación en los alemanes. Su opinión sobre Grecia se ha degradado rápidamente estos últimos meses hasta el punto de que una mayoría de ellos es favorable ahora a una salida de este país de la zona euro.

“Los griegos ya nos mintieron durante la introducción del euro presentando cifras falsas. No deberían haber entrado nunca en la zona euro”, asegura en Berlín Bernd Türck, un jubilado de 67 años, preocupado por ver a sus “hijos y nietos financiar ese país”.

Aunque se muestra convencido de que un acuerdo en el último minuto entre Grecia, al borde de la suspensión de pago, y sus acreedores impedirá una salida del país del euro –situación conocida como Grexit–, forma parte del 51% de alemanes favorables a esta última solución, según sondeo de la televisión pública ZDF realizado entre el 9 y el 11 de junio.