Grecia debe aceptar duras condiciones para rescate

Socios no dejan por fuera posibilidad de salida de ese país de moneda común

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Bruselas. AFP. La eurozona propuso el domingo estrictas condiciones a Grecia para acordar un tercer rescate a su economía agonizante, entre ellas la aprobación de reformas que deben estar listas dentro de tres días.

El planteamiento es parte de un documento preliminar que sirve de base a las negociaciones entre Atenas y sus socios.

El borrador, preparado por los ministros de Finanzas de la zona euro, no descarta además un grexit . “En caso de que no haya acuerdo, se deberían ofrecer a Grecia rápidas negociaciones para una salida temporal de la zona euro”, reza el texto.

Este pasaje, que se incluyó a petición del Ministerio de Finanzas de Alemania, no es una propuesta definitiva.

“El texto en su conjunto es muy malo; intentamos encontrar soluciones”, dijo una fuente griega, la cual afirmó que su país no puede “esperar más” para encontrar un acuerdo.

Para “restablecer la confianza”, el borrador exige además que el Parlamento apruebe antes del 15 de julio, las medidas de ajuste y pide supervisar ciertas leyes.

“El Gobierno (griego) deberá consultar y acordar con las instituciones todos los proyectos de ley en áreas relevantes antes de someterlas a la consulta pública o al Parlamento”, puntualizó.

Rescate con condiciones. Los ministros de Finanzas cifran las necesidades para un tercer rescate de Grecia en unos entre 82.000 millones de euros y 86.000 millones, y piden además una “reforma ambiciosa” de las pensiones, la apertura de comercios los domingos, la liberalización de farmacias y de otros sectores como el energético, así como el impulso de nuevas privatizaciones.

La desconfianza y las dudas sobre la voluntad de Grecia de aplicar las reformas y ajustes que presentó la semana pasada marcaron el arranque de esta cumbre, en la que Alemania y Francia se oponen radicalmente.

“No habrá acuerdo a cualquier precio”, dijo la canciller alemana, Ángela Merkel al llegar a la reunión. Agregó que se ha perdido “la moneda más importante: la confianza y la fiabilidad”.

“Francia hará todo lo posible para alcanzar un acuerdo”, afirmó, por su parte, el presidente francés, François Hollande, mientras que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, aseguró que un convenio era posible “si todas las partes lo quieren”.

La cumbre de los 19 líderes de la eurozona, convocada de urgencia la semana pasada y presentada como la de la última oportunidad para evitar lo peor, “durará hasta que concluyamos las negociaciones sobre Grecia”, manifestó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Para facilitar las negociaciones, Tusk decidió cancelar un encuentro dedicado a Grecia que estaba previsto el domingo con los 28 líderes del bloque europeo.

Atenas presentó la semana pasada un paquete de reformas y ajustes para convencer a sus socios de la zona euro de que le otorguen un tercer programa de rescate. En el 2010 y el 2012, le aprobaron dos programas.

El paquete presentado por Atenas, que incluye recortes de pensiones, subidas del impuesto al valor agregado (IVA), privatizaciones y nuevos tributos a las empresas, no parecieron suficientes a los socios europeos de Atenas, que desde el sábado han hecho patentes su divisiones.

Alemania planteó crear fuera de Grecia un fondo que reagrupe los activos griegos fruto de las privatizaciones prometidas por 50.000 millones de euros. Este fondo serviría luego para pagar la enorme deuda del país.

Desde el sábado, dos de los países más duros con Grecia, Alemania y Finlandia, no ocultan su deseo de que Grecia salga de la zona euro , al menos de manera temporal.

Grecia, en donde desde hace dos semanas entró en vigor el control de capitales, espera ahora un desenlace.

“Un acuerdo en un campo de minas” tituló este domingo el periódico griego To Vima , mientras que el Eleftheros Typos veía el “futuro de Grecia en el filo de la navaja”.

Desde que se impuso el corralito el 29 de junio, la economía griega está paralizada. Los bancos sobreviven únicamente gracias a la ayuda de urgencia del BCE, que espera una decisión política para determinar si sigue apoyando al país.