Centrales nucleares se suman a la ola de huelgas en Francia

Multitudinaria movilización contra la reforma laboral que plantea el gobierno

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París. AFP, AP. Las huelgas en Francia contra un proyecto de reforma laboral del gobierno socialista se extendieron el jueves a las centrales nucleares, lo cual provocó además perturbaciones en el aprovisionamiento de gasolina y enfrentamientos de jóvenes con la policía.

En la octava jornada de movilizaciones, la policía francesa se enfrentó a encapuchados durante una gran manifestación de protesta contra esa legislación laboral en París, después de que algunos asistentes empezaron a romper vitrinas y dañaron vehículos a su paso.

Activistas sindicales bloquearon varios puentes mientras que conductores de trenes y controladores aéreos cesaron, en gran parte, su actividad.

De acuerdo con las autoridades, la movilización llevó a las calles a 153.000 personas en todo el país, mientras que los sindicatos aseguraron que habían contado hasta 300.000.

Centrales nucleares. El voto favorable a la huelga en las 19 centrales nucleares, que aseguran el 75% del aprovisionamiento eléctrico del país, incrementó la tensión en el país.

“Entre el 50% y el 80% del personal está en huelga, según los sitios”, afirmó la portavoz de la CGT (unión sindical) en ese sector, Marie-Claire Cailletaud. Agregó que, para mantener el flujo, Francia “seguramente se verá obligada a importar energía” de países limítrofes.

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El organismo gestor de la red nacional de electricidad, RTE, afirmó, sin embargo, que “la oferta de producción disponible alcanza para cubrir las necesidades eléctricas del país”.

El movimiento de protesta provoca, asimismo, perturbaciones en los transportes públicos.

Las aerolíneas tuvieron que dejar en tierra un 15% de sus vuelos, y una quinta parte de los trenes de alta velocidad fueron cancelados.

Aunque algunos bloqueos en depósitos de combustible y refinerías en el norte fueron anulados por la policía y muchos motoristas seguían atascados en largas filas en las gasolineras. Una tercera parte aún no disponía de suficiente combustible.

El primer ministro, Manuel Valls, admitió la posibilidad de “cambios” o “mejoras” en el proyecto de ley y anunció que recibirá el sábado a representantes del sector petrolero, aunque volvió a descartar el retiro del texto.

Defensa. Según el gobierno, la ley dará mayor flexibilidad a las empresas para luchar contra el desempleo mientras que sus detractores consideran que aumentará la precariedad laboral y critican en particular su artículo 2, que da prioridad a los acuerdos de empresa sobre las negociaciones por ramas profesionales.

Valls afirmó que ese artículo “no se modificará”.

El jefe de Gobierno fustigó la “irresponsabilidad” de la central sindical CGT, principal promotora de las protestas. “No se puede bloquear un país, no se puede atacar los intereses económicos de Francia de esa forma”, afirmó.

Integrantes de la CGT rechazaron la propuesta de discusión de Valls. Dijeron que era demasiado tarde para alcanzar un compromiso.

“¿Valls ha subido el tono? Bueno, ¡nosotros también!”, exclamó un organizador por medio de un altavoz en el puente de Normandía, donde entre 200 y 300 manifestantes se reunieron para cortar el tráfico, en uno de los muchos cortes registrados el jueves.

Después de abandonar el puente, por el que suelen pasar unos 12 millones de vehículos al año, activistas sindicales llevaron sus protestas a Le Havre, manejando despacio por la ciudad o cortando brevemente carreteras a pie entre los pitidos de los automóviles a su alrededor.

Entonces, los trabajadores portuarios de la ciudad irrumpieron en la plaza principal ante el Ayuntamiento, lanzando bombas de humo de diferentes colores y arrojando algunas de ellas a las fuentes, haciendo que el agua saliera despedida. El sonido de las sirenas y las detonaciones de las bombas de humo resonaban en el lugar.

El Ministerio de Interior informó de que 77 personas fueron detenidas durante las protestas y 15 agentes antidisturbios resultaron heridos.

La novena concentración se realizará el 14 de junio.

Viviane, una jubilada de 66 años que esperaba llenar el tanque en el Allier (centro), compara la agitación actual con las dos semanas de huelgas y manifestaciones masivas que en 1968 tuvieron en vilo a la Francia de Charles de Gaulle.

“Me acuerdo de mayo del 68 y puedo decirle que la escasez no es ninguna broma y que estoy tomando precauciones”, afirmó la automovilista.

El movimiento de protesta provoca asimismo perturbaciones en los transportes. La compañía ferroviaria SNCF registró desde el miércoles su quinta huelga desde marzo.

La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) recomendó a las compañías que reduzcan un 15% sus vuelos este jueves hacia el aeropuerto parisino de Orly.

En medio de esa ola de descontento, el gobierno recibió el miércoles la buena noticia de que el desempleo había caído por segundo mes consecutivo en abril.