Buques trasladan el Costa Concordia a Génova para su destrucción

Las remolcadoras llevarán la dañada embarcación en una travesía de cuatro días hasta el puerto nororiental de Génova, donde tiene su sede el propietario del barco; allí será desmantelado

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Roma

El crucero de lujo Costa Concordia partió, este miércoles, de la Isla del Giglio en dirección a Génova, donde será destruido ante cientos de habitantes, curiosos y técnicos, dos años y medio después del trágico naufragio que costó la vida a 32 personas.

La embarcación, que encalló la fatídica noche del viernes 13 de enero del 2012, partió poco después de las 11 a. m. hora local.

El inmenso barco, enderezado en setiembre en una operación sin precedentes en la historia naval, avanza a una velocidad de cerca de dos nudos, unos 3,7 km por hora, según el portal Marinetraffic, que vigila el tráfico marítimo en todo el mundo.

La salida del crucero fue celebrada con aplausos, cantos y sirenas mientras repicaron las campanas de las iglesias para recordar a las víctimas del naufragio.

Dos años y medio después de haber naufragado frente a la isla toscana, una reserva natural en el corazón del Mediterráneo, el gigante del mar, de 300 metros de eslora y capacidad para más de 4.000 pasajeros, zarpó con la proa dirigida hacia el norte de la península italiana.

El crucero, que pesa 112.000 toneladas y flota gracias a 30 cajones de aire que cumplen la función de flotadores, está siendo remolcado por dos barcos oceánicos hasta el puerto de Génova, a unos 280 kilómetros al norte, donde será totalmente desmantelado.

Rodeado por 12 embarcaciones que vigilan la operación, entre ellas una española y una panameña, el Costa Concordia tiene previsto llegar el sábado al puerto genovés.

"Todo se está desarrollando como previsto. Es un gran día para la Isla del Giglio. Pero descansaremos sólo cuando llegue a Génova", declaró Nick Sloane, el sudafricano encargado de esta operación titánica, única en la historia.

Algunos familiares de las víctimas y supervivientes de la tragedia asistieron al momento en que el barco se fue.

"Que el barco siga su camino para que nosotros podamos seguir el nuestro", comentó conmovida la francesa Nicole Servel, que perdió a su marido en el naufragio.

Según la ruta prevista, el crucero pasará a 25 kilómetros de la isla francesa de Córcega y de las islas italianas Elba y Capraia, esta última en Cerdeña.

Este recorrido preocupa a las autoridades de Córcega, que temen el derrame de los líquidos tóxicos y del petróleo que se encuentra aún en los depósitos de la embarcación.

Este temor irrita a las autoridades italianas, que consideran ejemplar la operación, en la que participan también expertos marítimos y ecologistas para evitar vertidos al mar y posibles efectos en la fauna y la flora del mar.

La compleja operación para desencallar al crucero y su posterior reflote, a cargo del armador italiano Costa (del grupo estadounidense Carnival), fue realizada por el consorcio italoestadounidense Titan-Micoperi.

La tragedia del Costa Concordia estuvo marcada por la cobardía de su comandante, Francesco Schettino, que abandonó la nave durante el naufragio antes que los pasajeros, violando una de las normas más antiguas del comportamiento en el mar.

Tras la retirada del crucero, se limpiará el lecho marino y se volverá a plantar la flora.

Además, los objetos y muebles que caigan al mar serán recuperados por los barcos que vigilan el recorrido, asistidos por barreras anti-petróleo y aparatos infrarrojos que detectan líquidos nocivos.

La búsqueda del cuerpo de camarero indio Russel Rebello, la única víctima todavía desaparecida, no se detendrá, indicó la compañía marítima.

De las 4.229 personas que viajaban en el crucero, la mayoría negoció con la compañía el pago de indemnizaciones, mientras que el capitán Schettino es el único que está siendo juzgado por homicidios múltiples por imprudencia, abandono de navío y daños causados al medio ambiente.