Bélgica: Rey Alberto II deja trono a primogénito

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Bruselas. EFE, AFP. El rey Alberto II de Bélgica sorprendió ayer al país al anunciar –por motivos “de edad y de salud” – su abdicación, el próximo 21 de julio, a favor de su primogénito, el príncipe Felipe, de quien subrayó su pleno compromiso y su preparación para tomar el relevo al frente de la monarquía.

“El futuro del país está en buenas manos”, aseguró el rey de los belgas durante su alocución al país en francés, neerlandés y alemán, los idiomas oficiales de Bélgica, y en la que afirmó: “Mi edad y mi salud no me permiten ejercer mi función como quisiera”.

El anuncio de Alberto II, de 79 años y el segundo monarca europeo que abdica este año, luego de que en abril lo hizo Beatriz de Holanda, al cumplir 75, se produce luego de que medios belgas especularon por semanas al respecto.

Además, hace varios días resurgió un antiguo escándalo relacionado con Alberto II: su posible paternidad de Delphine Boel, de 45 años, que ha reclamado a los tribunales ser reconocida como su hija.

Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, casado con la princesa italiana Paola Ruffo di Calabria, y padre de tres hijos, accedió al trono belga tras el fallecimiento, en 1993, de su hermano mayor, Balduino II.

Los belgas se mostraron conmocionados por la decisión de su monarca, muy querido por el papel institucional estabilizador desempeñado en la crisis política que mantuvo sin gobierno al país durante 400 días entre el 2010 y el 2011, así como ante los problemas regionales entre Flandes (flamencos) y Valonia (francófonos).

En cambio, Felipe, de 53 años y considerado demasiado tímido y soso, no goza de la misma popularidad de su padre, según recientes sondeos, aunque muchos creen que podría dar frescura al trono.