Supervivientes reciben homenaje en Rusia

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Moscú. AFP La principal lección que debe sacarse de los accidentes nucleares de Chernóbil y Fukushima es que las autoridades deben “decir a la gente la verdad”, aseguró ayer el presidente ruso Dimitri Medvédev. De esta manera desaprobó la reacción de las autoridades soviéticas en 1986.

El presidente ruso hizo estas declaraciones en el Kremlin, donde se celebró una ceremonia para homenajear a los “liquidadores”, que fueron 600.000 hombres encargados de limpiar la central con protecciones mínimas, a los que Medvédev agradeció ayer su servicios a la patria, lo que nunca hizo el poder soviético.

Gracias a su “riesgo personal” se pudo “salvar gran número de vidas”, añadió el mandatario. “Hay que reconocer con honestidad que el Estado no tuvo el coraje de admitir inmediatamente las consecuencias de lo que ocurrió en Chernóbil”, admitió.

Las autoridades de la entonces Unión Soviética tardaron tres días en reconocer oficialmente el accidente en la central ucraniana, luego que Suecia alertara tras registrar índices de radiactividad anormalmente altos.

Los “liquidadores” denunciaron el trato del Estado ruso, sobre todo en la anulación de un gran número de ventajas sociales.