Sospechoso de matanza en Noruega afirma que la planificó y que actuó solo

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OSLO, (AFP). Anders Behring Breivik, el noruego cercano a la ultraderecha que reconoció haber cometido los dos ataques que ensangrentaron al país el viernes, afirmó, según la policía, que planificó su matanza hace mucho tiempo y que actuó sólo.

El balance aún provisorio del peor acto de violencia ocurrido en Noruega desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, era el domingo de 93 muertos, 97 heridos y una cantidad indeterminada de desaparecidos, según la policía.

Noruega, y su vecina Suecia por solidaridad, observarán el lunes un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la tragedia.

Anders Behring Breivik comparecerá el mismo día ante un juez. "El sospechoso comparecerá el lunes ante un tribunal, donde el juez se pronunciará sobre su puesta en prisión preventiva", declaró a los periodistas el comisario Sveinung Sponheim.

De nacionalidad noruega y 32 años de edad, Behring Breivik preparó al menos desde el otoño boreal de 2009 esta operación, que se saldó con 93 muertos, de los cuales 86 fueron asesinados por bala en la pequeña isla Utoya y siete por un atentado con coche bomba en el barrio de los ministerios del centro de Oslo.

"Reconoce los hechos pero no reconoce su responsabilidad criminal", declaró a la prensa el comisario Sponheim.

Anders Behring Breivik afirma que actuó "solo" en la carnicería, dijo Sponheim. "Intentaremos verificarlo en nuestra investigación", añadió. Según testigos de la matanza en la isla Utoya habría "uno o varios" tiradores.  Poco antes de pasar al acto, el sospechoso difundió en internet un manifiesto de 1.500 páginas, lleno de diatribas antimusulmanas y antimarxistas.

En el texto, redactado en inglés, dice que será percibido en el futuro "como el mayor monstruo (nazi) desde la Segunda Guerra Mundial".

Evoca en él el "uso del terrorismo como medio para despertar a las masas".

Sobre la base de las informaciones que publicó en internet el sospechoso, la policía lo describe como un "fundamentalista cristiano" de derecha.

"Considera que fue cruel tener que cometer esos actos pero que, a su entender, era necesario", declaró a la prensa noruega su abogado, Geir Lippestad.

Por su parte, los investigadores se niegan a proporcionar elementos sobre sus motivaciones.

Todo comenzó el viernes a media tarde con un atentado con coche bomba en el barrio de los ministerios del centro de Oslo en el que murieron 7 personas.

Poco después, en la isla Utoya en donde se realizaba un campamento de verano de las juventudes del Partido Laborista en la que participaban unos 600 jóvenes, el sospechoso, disfrazado de policía y con dos armas de fuego, disparó durante 90 minutos.

Tras la matanza, fue detenido en la isla de Utoya "sin oponer resistencia", según el comisario Sveinung Sponheim.  El hecho fue calificado como una "tragedia nacional" por el primer ministro Jens Stoltenberg y suscitó una ola de indignación y de compasión en el mundo.

Este domingo se celebró una misa en la catedral de Oslo con la presencia de numerosas personalidades, entre ellas los monarcas del pequeño reino y el primer ministro Stoltenberg.

"Somos un pequeño país pero somos un pueblo orgulloso", declaró el primer ministro asegurando que Noruega "no abandonará jamás sus valores".

Durante el oficio religioso, el rey Harald V, los ojos inundados de lágrimas, no pudo esconder su emoción.