Soldados patrullan Bangkok, donde bomberos luchan contra incendios

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Bangkok. AFP. Miles de soldados patrullan hoy en las calles de Bangkok, donde los bomberos luchan contra los incendios y cada tanto se escuchan disparos, al día siguiente del asalto al campamento de los “camisas rojas” que dejó una quincena de muertos y condujo a la rendición de los líderes de la protesta.

El ejército tomó el control del centro de Bangkok, pero “todavía hay militantes armados escondidos en los edificios aledaños”, dijo el portavoz militar Sunsern Kaewkumnerd.

El gobierno decretó un nuevo toque de queda para las noches de hoy, el viernes y el sábado próximos en Bangkok y 23 provincias del país, esencialmente en el norte y el noreste, para impedir que los disturbios se extiendan a esas regiones agrícolas de donde son oriundos muchos de los manifestantes.

En la mañana de hoy, miles de “camisas rojas” evacuaron un templo budista, uno de los últimos refugios de los manifestantes, en cuyos alrededores murieron el miércoles nueve manifestantes, indicó la policía.

Entre los evacuados había muchas mujeres y niños que se habían refugiado en la pagoda, declarada “zona protegida” ante la inminencia de una operación militar.

Los bomberos lograron controlar el incendio del edificio de 18 pisos Central World, uno de los más grandes de Asia, cerca de la zona de los enfrentamientos, pero una de las alas del centro comercial comenzó a derrumbarse, indicó el portavoz policial Pawut Thavornsiri.

La Bolsa de Bangkok, varios centros comerciales y la sede de un canal de televisión, del cual pudieron ser evacuadas 100 personas atrapadas en el incendio, ardían al amanacer del jueves, según los bomberos.

En el noreste, los manifestantes incendiaron dos edificios de gobiernos provinciales, según las autoridades locales.

También estallaron disturbios en Chiang Mai (norte).

En la misma región, manifestantes incendiaron la sede del gobierno de la provincia de Udon Thani, informó el gobernador Amnat Pagarat.

Estados Unidos, la ONU, la Unión Europea y Japón condenaron el miércoles la violencia y reclamaron una solución pacífica.

El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, cuya renuncia es exigida por “los rojos”, pidió la confianza del país para superar la crisis.

“Mi gobierno y todos los responsables tienen la firme intención de superar esta crisis. Haremos que reine la paz en todo el país”, expresó en la televisión.

La operación militar para desalojar el elegante barrio turístico y comercial de Bangkok que los manifestantes ocupaban desde hacía semanas comenzó a primera hora de la mañana del miércoles.

El ejército envió tanques y a cientos de soldados a la zona roja tras abrir una brecha en una barricada de neumáticos, bambús y alambrado.

Tras dos meses de manifestaciones y varias sesiones de infructuosas negociaciones, el ejército logró, en apenas unas horas, neutralizar la zona y forzar a los líderes del movimiento a renunciar.

En los enfrentamientos murieron al menos siete personas, entre ellos un fotógrafo italiano, Fabio Polenghi, que recibió una bala en el corazón y otra en el abdomen, según los servicios de urgencias.

Un total de 58 personas resultaron heridas, entre ellas al menos otros dos periodistas, un holandés y un canadiense.

Los líderes de los manifestantes, que reclamaban la dimisión del primer ministro Abhisit Vejjajiva, anunciaron poco después de las 1:00 p. m. del miércoles que se entregaban a las autoridades, en una intervención cargada de emoción en el estrado instalado en el corazón de la zona roja.